Hacerse un tatuaje es como el matrimonio, para toda la vida. Solo que en el caso de los tatuajes, la opción del divorcio es el láser, para los que se arrepienten. Esta es la filosofía de Cindy Parra, una artista que plasma diseños contemporáneos y de animales en la piel de sus clientes desde hace 20 años. Es dueña de Tribal Zone-Tattoo Studio, ubicado en el norte de Guayaquil.