Carlos Vega Sellán, de 18 años, camina a diario unos 40 km por las calles de Arroyos y Esteros, ciudad paraguaya, y toca puertas para compartir a muchas personas su fe y doctrina. Su tarea es distinta a la de otros chicos de su edad, él es misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que, según señala, se diferencia de otras religiones por la predicación del Libro de Mormón, una recopilación de los escritos de sus profetas e historiadores.