Los nuevos casos de VIH (virus de inmunodeficiencia humana), que si no recibe tratamiento médico provoca el sida, pasaron de 3.960 en 2019 a superar los 5.000 los tres últimos años.
Datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida) calculan que en Ecuador viven con la enfermedad 48.782 personas.
Con un incremento del 30,2 % de nuevos casos en 2023 con respecto al 2021, según las cifras del Ministerio de Salud revelados en un reportaje de este Diario, nadie debe estar tranquilo. Independientemente de que se hagan más pruebas, incluso confidenciales ofrecidas por el ministerio en redes sociales, la prevención está fallando y no es un problema menor.
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El plan estratégico gubernamental contra el VIH tiene cuatro componentes: promoción y prevención, atención integral, derechos en contra del estigma y discriminación y una herramienta transversal que incluye el sistema de información.
Para analizar en dónde se inician las fallas basta preguntarse a cuántos ecuatorianos les ha llegado promoción sobre prevención o pruebas. Adicionalmente, cuando hay interés en el estado serológico y resultados ¿qué sigue?
La desinformación y el temor al discrimen se vuelven enemigos del control del VIH. Urge una real estrategia comunicacional para levantar interés sobre lo delicado de la situación y que además de las pruebas se apliquen tratamientos que eviten que la enfermedad siga extendiéndose en Ecuador.
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En el camino deben confluir ministerios de Salud, de Educación e incluso de información sumados a las organizaciones no gubernamentales para no perder la batalla contra el VIH. Desde 1997 al 2022 hubo 17.221 fallecidos por VIH/sida, según las estadísticas del MSP. No obstante, expertos hablan de un subregistro con al menos 25.000 muertos debido a esta enfermedad.
Hoy no hay excusas para actuar. Los planes existen, solo hay que ponerlos en marcha y fortalecer la prevención. (O)
