Un periodo de marea alta coincidió con la intensa lluvia que cayó en varios sectores de Guayaquil desde la tarde del 10 de febrero hasta la mañana del 11 del mismo mes. Como ocurre cuando confluyen las dos circunstancias, hubo zonas anegadas.
Segura EP notificó de 27 sectores con inundaciones, árboles caídos o sumideros tapados. Si bien las condiciones de marea junto con una lluvia constante causan efectos, no es menos cierto que el comportamiento humano lo puede agravar.
Tráfico de unos 5 kilómetros en la autopista Narcisa de Jesús afectó a conductores durante lluvia
El 6 de enero pasado, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, compartió en redes sociales la foto de un canal de agua ubicado entre la ciudadela Las Orquídeas y Mucho Lote, en el norte. Estaba repleto de basura. Y el jefe del cabildo reclamó por la acumulación que genera problemas, especialmente en etapa invernal.
Entonces dijo que se habían limpiado 36 canales, y ese era el número 37 en que se realizaba la labor. Este 11 de febrero, Segura EP informó que hubo 101,53 mm de precipitaciones, lo que equivale a más de 100 litros por metro cuadrado. La mayor intensidad se sintió en el norte.
Tras el trabajo de limpieza de sumideros y canales, la ciudadanía debe responder evitando que otra vez haya desechos. Solo actuando en conjunto se aminoran los riesgos de inundaciones por taponamientos, más allá de que afecte la marea alta.
La lluvia deja otro problema al descubierto: la fragilidad de los semáforos al contacto con el agua. La intermitencia durante la lluvia en el centro y otras zonas fue evidente y complicó el tráfico.
La falta de empatía de los conductores es otro problema. En medio de la lluvia, el bloqueo de calles, acelerar para anticiparse a otro vehículo sin la menor precaución o el toque indiscriminado del claxon vuelven el conducir en una actividad de alto peligro. Además de los carros que sufren averías por las vías anegadas, los incidentes entre vehículos se incrementan.
Ciudadanos con mayor empatía y autoridades cumpliendo sus obligaciones pueden hacer una mejor ciudad para vivir, aunque la tormenta sea fuerte. (O)