La ONU establece en su Carta el principio de arreglo pacífico de las controversias, prohíbe a sus miembros que en sus relaciones internacionales recurran a la amenaza o al uso de la fuerza y reconoce el derecho inmanente de legítima defensa en caso de ataque armado, hasta que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y seguridad internacionales, debiendo el Estado agredido comunicar al Consejo lo que hubiere hecho, órgano que debe adoptar las acciones para cumplir su cometido.

Frente al brutal ataque de los milicianos palestinos armados del 7 de octubre de 2023, Israel volcó su poderío militar sobre los habitantes de la Franja de Gaza, provocando la muerte de más de 23.000 “animales humanos” como los denomina el ministro de Defensa israelí, entre ellos una media diaria de 100 niños, la destrucción de hospitales donde se opera sin anestesia, escuelas de la ONU, de casas y edificios, masivos desplazamientos forzosos. ¿Es eso legítima defensa? El derecho internacional exige requisitos. ¿No es más bien una venganza cruel e infinita, pasada ya la agresión sufrida? Había otros medios racionales de frenar más ataques. Eisenhower, el expresidente estadounidense, dijo que la guerra preventiva era un invento de Hitler. Y en cuanto a la provocación, esta existió desde hace décadas, a pesar de que los daños infligidos a los judíos no se justifican. ¿Ha comunicado Israel al Consejo de Seguridad las medidas adoptadas como era su obligación? Consejo cuyas decisiones son vinculantes pero que, por el veto de EE. UU., ha sido incapaz de ordenar el cese al fuego para impedir más masacres, a diferencia de la Asamblea General, que por abrumadora mayoría votó por ello. Así, el primer ministro israelí ha podido anunciar que la operación militar durará varios meses. Ya antes dicho Estado, como su valedor estadounidense, ha procedido a su arbitrio, como en 1981, cuando destruyó un reactor nuclear iraquí que ningún peligro suscitaba, lo que fue condenado por la ONU. Y atacado a los gazatíes.

La respuesta del sionismo, adueñado del poder israelí, al que muchos hebreos repudian por su política hacia los palestinos, se asemeja a la que tuvieron los nazis cuando fue asesinado el criminal de guerra Reinhard Heydrich: Incendiaron Lídice y Lezaky, asesinaron a todos los varones mayores de 16 años, ejecutaron a 81 niños y deportaron a las mujeres y niños de esas ciudades checas a campos de concentración donde fueron aniquilados. Establecer parangones como este considera antisemitas el sionismo.

Sudáfrica demandó a Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia, cometido porque quiere destruir a Palestina en “75 años de apartheid, 56 de ocupación beligerante del territorio palestino y 16 de bloqueo en Gaza”, lo que documentó debidamente. Y pidió disponer el cese al fuego y el desbloqueo de la entrega de dicha ayuda.

La presidenta de la Cruz Roja Internacional declaró que la situación en Gaza es un fracaso moral de la humanidad. “Cristo está bajo los escombros”, expresó un pastor luterano. Se levantará en hombros de los seres de buena voluntad. (O)