El viceministro de Salud recientemente habló sobre un medicamento que se está utilizando para quienes dieron positivo en pruebas de COVID-19 y están con síntomas leves y graves en todo el mundo. Especificó la cantidad existente en el país y sus bondades, y aunque mencionó que el uso de este fármaco se lo debe hacer bajo prescripción médica, es posible que un número indeterminado de personas trate de conseguirlo sin el debido control médico.
La eficiencia de los fármacos debe tener sustento científico y hasta el momento los estudios respecto de las medicinas que pudieran combatir el COVID-19 son mínimos e insuficientes; aún no existen fármacos de efectividad comprobada de manera general. Difundir versiones anticientíficas sobre tratamientos médicos puede ser más peligroso en general que el mismo virus, porque esa información puede llevar a tomar decisiones equivocadas, como por ejemplo la automedicación.
Las autoridades de Salud deben hacer énfasis en que el uso indiscriminado de cualquier medicina podría resultar letal, más aún en circunstancias en las que la ansiedad está a flor de piel. (O)