El presidente de la República, Lenín Moreno, en las recientes cadenas nacionales de radio y televisión, indicaba que las “decisiones que se tomaron (durante el anterior Gobierno) no fueron debidamente mesuradas y se puso al límite la sostenibilidad de nuestra economía”. Se “requieren alrededor de USD 8.000 millones cada año para cubrir el déficit fiscal y pagar las amortizaciones de deuda interna y externa.

Los ecuatorianos a estas alturas del partido ya hemos entendido que cuando se habla de deuda del país, no solo importa la relación de endeudamiento frente al PIB y su incremento, sino que es necesario que se nos explique sobre el “proceso de administración de la deuda”: (I) ¿Cuál fue la estrategia usada para contratarla y qué objetivos de crecimiento económico de mediano y largo plazo se lograron? (II) ¿Con qué límites de gestión de riesgo se administró? (III) ¿Qué análisis costo-beneficio se realizó? (Costos: invertir en refinería El Aromo, aeropuerto de Santa Rosa, ocho hidroeléctricas, etc. Frente a beneficios: reducción de tarifa de luz para mipymes, exportación de kilovatios hora al exterior, etcétera).

Los ecuatorianos a estas alturas del partido sabemos que debemos preguntar lo mismo que se pregunta un “padre, madre de familia o emprendedor consciente” cuando se endeuda para iniciar un negocio familiar: ¿para qué me sirve la deuda que voy a tomar?, ¿me conviene el plazo, la tasa de interés?, ¿el negocio me permitirá pagar las cuotas?, o ¿tendré que hipotecar hasta la casa en donde vivo con mi familia?

El Gobierno ha indicado que para superar la “crisis económica” a la que nos vemos enfrentados tomará al menos cinco acciones: priorización de la inversión pública, austeridad en el gasto público, promulgación de un proyecto de ley para lograr la repatriación del capital, dinamización del sector de la construcción e impulso al uso del dinero electrónico.

El presidente de la República ha mostrado voluntad de cambio.

Mas, las medidas deben ser tratadas dentro de un programa económico integral, que genere credibilidad y permita acceso a fuentes de financiamiento de largo plazo y tasas bajas:

(I) Priorice la reducción del déficit fiscal (sin postergar el gasto social, reduzca los gastos superfluos-corrientes que no tienen financiamiento), reordenamiento y simplificación tributaria (impuesto a la plusvalía, salvaguardias, salida de divisas, etcétera).

(II) Transparencia y rendición de cuentas en los procesos de “gestión de la deuda”.

(III) Cambios en el quehacer del Banco Central, que en una economía dolarizada tiene como principal papel ser “custodio de los recursos de los depositantes”. Por tanto, no es su función prestar, ni ser accionista de entidades del sector público. En esta línea, se debe entender que el dinero electrónico es un medio de pago más (ecosistema de pagos móviles), que forma parte de una “política integral de inclusión y educación financiera” articulada entre el sector público, privado y economía popular solidaria.

El presidente Lenín Moreno señala: “Tenemos que mirar hacia delante y superar la crisis económica en la que nos encontramos”. A estas alturas del partido, esto requiere de un programa macroeconómico integral. (O)