Con la llamada del papa Francisco a fortalecer la hermandad y el diálogo, y considerando como cristianos que Dios es amor, cabe recordar que es importante el respeto de las diferencias, la libertad de pensamiento, la libertad de religión, la protección de la dignidad humana y el amor a la verdad.
Esto da el coraje de replantearnos la calidad de la vida familiar, los métodos de enseñanza de la religión y la historia, el contenido de los sermones en nuestros lugares de culto. Sobre todo, la familia y la escuela son las claves para que el mundo del futuro sea la base del respeto mutuo y la fraternidad.(O)
Jesús Martínez, Burgos, España