Hace unas semanas Luis M. L., procesado desde el 2019 por el asesinato de William Cedeño y quien cumplía arresto domiciliario en el Guasmo, escapó de su vivienda luego que atacara con algunos cómplices al policía asignado para custodiarlo.
Varios sujetos entraron al inmueble y habrían amenazado con un cuchillo y con un martillo al uniformado, lo desarmaron y lo dejaron esposado al soporte de un televisor. Esto, mientras el procesado escapaba.
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Ahora el policía es procesado por el delito de evasión, pues la justicia lo considera cómplice de esta fuga.
A Luis M. L. un juez le dio la medida cautelar por supuestos problemas de salud. Su familia presentó un certificado de haber estado internado en el hospital de Neurociencias por consumo de drogas.
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El coronel José Luis Erazo, jefe encargado del distrito Sur, mencionó que los jueces al momento de beneficiar a los procesados no consideran que muchas de las viviendas no cumplen con las condiciones para un arresto domiciliario; algunas dan al río, otras no tienen ni cubierta completa y en varios casos quienes habitan en la casa asignada es gente peligrosa con la que ni siquiera un policía armado está seguro.
El jefe policial refirió que solo en ese sector hay activos este mes 20 arrestos domiciliarios, lo que significa 60 policías cuidando que no escapen los procesados (cumplen turnos de ocho horas cada uno), esto es el 10 % de los agentes asignados para los patrullajes.
Pero no es el único caso, en el distrito Pascuales dos menores de edad que fueron detenidos en junio pasado por el delito de sicariato y que también se beneficiaron con la medida cautelar escaparon de sus casas luego que sujetos armados dispararan contra los inmuebles.
Ambos pertenecen a la misma banda y, según los policías, miembros de esa organización los ayudaron a fugarse para que siguieran matando, pues al ser menores de edad la pena en caso de sentencia es de máximo ocho años, así asesinen a 50 personas.
El primero en fugarse fue Carlos C. C., un adolescente de 17 años que ya habría matado a varias personas en el noroeste y en el sur de Guayaquil, según los investigadores de la Dinased.
“Dicen que desde los 13 años ya era integrante de los Chone Killer, pero solo hasta los 16, porque ahora asegura que pertenece a Los Lobos”, comentó el coronel Víctor Molina, jefe del distrito Pascuales.
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Cuatro días después de la fuga de Carlos, su compañero de banda, de 16 años, también escapó de casa a bordo de una moto luego que llegaron hombres armados y realizaron disparos. Este hecho ocurrió en Bastión Popular.
“El policía asignado al arresto domiciliario trató de repeler el ataque, pero eran muchos hombres armados, así que se protegió mientras el menor escapaba”, contó un uniformado.
Estos policías también son investigados por la fuga de los menores.
Los uniformados temen que les ocurra algo así en su servicio, pues contaron que esto puede manchar su historial e impedir más adelante un ascenso.
Uno de los adolescentes que escapó en Pascuales fue recapturado semanas atrás tras supuestamente participar en un nuevo hecho violento. Tras la audiencia lo mandaron a la Correccional de Menores.
Los jefes de circuitos coincidieron en que a individuos de alta peligrosidad como estos supuestos sicarios no deberían dictarles medidas cautelares.
Actualmente hay 152 casos de arresto domiciliario en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), 55 son por tráfico de drogas, 16 por delincuencia organizada, 11 por robo, 9 por violación, 9 por abuso sexual, 8 por asesinato y demás delitos.
Los distritos donde hay más arrestos domiciliarios son Portete con 27 casos, Sur con 20, Nueve de Octubre con 20 casos, Nueva Prosperina con 19, Modelo con 15, Pascuales con 14, Esteros con 13, Durán con 11, Florida con 8 y Samborondón con 4. (I)