Cuatro balazos acabaron con la vida de un joven de 24 años en la avenida Abdón Calderón, la principal del Guasmo, sur de Guayaquil.

Mientras el ahora occiso comía en un local ubicado en esa arteria de este populoso sector, sus victimarios llegaron en motocicleta y perpetraron el ataque, en medio del pánico que invadió a muchas otras personas que estaban en el comedor.

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Con alias ‘Júnior’ en libertad ‘se puede agitar el avispero de pugna de poder entre bandas’: Policía dispone reforzar la seguridad en El Triunfo

El hecho ocurrió la noche del martes 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, una fecha que cada año representa un impulso a la actividad comercial en el Puerto Principal, pues se activa tanto la venta formal como informal.

La víctima en este caso no registraba antecedentes penales. Y como este joven muchas otras personas que han caído a manos de sicarios en la Zona 8, integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón, tampoco tenían pasado judicial.

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Así lo reflejan las estadísticas de la Policía Nacional. Del 1 de enero al 12 de febrero de este año, de 237 homicidios que hubo en la Zona 8, en 211 casos las víctimas no tenían antecedentes delictivos; en los otros 26, sí.

A finales de enero un cuerpo sin vida fue hallado tirado a un costado de la vía Perimetral. Foto: El Universo

Hasta esta fecha esta jurisdicción reportaba más de 240 asesinatos.

La situación lleva a preguntarse si este año, más de allá de que pudieran ser víctimas colaterales, personas inocentes están siendo blanco del sicariato, en contraposición a la versión policial de que la mayoría de homicidios tienen como víctimas a quienes pertenecen o tienen alguna relación con las bandas delictivas.

El coronel Fabary Montalvo, subcomandante de la Zona 8, ratificó que esta sigue siendo la tendencia en lo que va del 2023.

Y sostuvo que aunque las víctimas no consten en el sistema informático judicial, en muchos de los casos esto no implica que no tengan nexos con hechos delictivos.

“La mayoría de víctimas son direccionadas. Son muertes selectivas, direccionadas que van a los domicilios o donde ellos habitualmente pasan o se encuentran reunidos (...), no tienen antecedentes judiciales porque han sabido hacer su trabajo o se encuentran en ese medio (delictivo) trabajando de otra manera, porque la mayoría se encuentran con tráfico, expendio (de drogas) o alguna situación de las vacunas (extorsiones)”, señaló él.

Montalvo refirió que hay víctimas de sicariato que tienen amistad o parentesco con antisociales y de una u otra manera nexos con el mundo criminal.

Y aquello se ejemplifica con la detención de un joven de 25 años que la noche del martes 14 participó de un enfrentamiento entre policías y supuestos antisociales tras la liberación de Júnior Roldán, uno de los cabecillas de la banda Los Choneros.

Producto de este suceso dos policías resultaron con heridas leves. El enfrentamiento se produjo cuando los uniformados intentaron revisar tres vehículos sospechosos, en medio de un operativo.

Al momento de interceptarlos, los supuestos antisociales dispararon contra los vehículos policiales, incluso usando fusiles. Hubo una persecución y cruce de balas.

Los sospechosos entraron a una vía a la zona de Petrillo y dejaron abandonados los carros. Pero al joven, el único aprehendido, le encontraron armas de fuego y municiones.

Asimismo, la mañana del 14 de febrero en la ciudadela Martha de Roldós, norte de la ciudad, fueron detenidos tres sujetos, sin antecedentes judiciales, que robaban a los conductores aprovechando la luz roja del semáforo.

En el suburbio de Guayaquil en días anteriores se registró el crimen de dos jóvenes que estaban parados en una esquina. Foto: El Universo

Alexandra Zumárraga, exdirectora nacional de Rehabilitación Social e investigadora de temas relacionados con crimen organizado, explicó que los antecedentes penales se reflejan cuando una persona ya tiene una sentencia ejecutoriada, y en ese sentido concuerda con la Policía en que las bandas se eliminan entre sí.

Sobre todo, dijo, por la disputa de territorio para venta de droga y microtráfico.

“Pero lo que sigue siendo muy preocupante son estas venganzas donde eliminan a toda una familia, por ejemplo, que eso se ha visto bastante en zonas suburbanas de Guayaquil. Que llegan a una casa y eliminan a todos, y luego también hay terceros inocentes que no tienen nada que ver o menores de edad”, mencionó Zumárraga con relación a las víctimas colaterales.

Un detenido y dos policías heridos tras liberación de Júnior Roldán, uno de los cabecillas de Los Choneros

Otro punto preocupante para ella es lo fácil que les resulta a las organizaciones delictivas acceder a armamento de tipo policial y militar inclusive.

“Las armas, la munición de dónde mismo está viniendo, entonces, se debe hablar de todo eso: las armas que utilizan los sicarios de dónde están viniendo y por otro lado también de las muertes de los inocentes, por ejemplo, de personas que no tienen absolutamente nada que ver con el delito”, expresó la investigadora.

Para Nelson Yépez, experto en seguridad, es preocupante la tendencia al alza en los homicidios que se cometen a nivel de la Zona 8, independientemente de que se trate de personas vinculadas o no con bandas delictivas.

“Son vidas humanas y son razones para que a todo nivel de gobierno, nacional, seccional se tome en cuenta esto y se emprendan las acciones necesarias para disminuir este índice delictivo que, a la vez, viene trayendo el alto índice de muertes violentas que se están presentando”, comentó el especialista. (I)