Andrés Andrade sacó su carro de la concesionaria hace quince días y menos de una semana después ya le habían robado uno de los retrovisores laterales cuando el vehículo estaba estacionado en el centro de Guayaquil, abajo del departamento donde vive.

Este abogado preguntó el precio del artículo en la concesionaria y le costaba casi $ 250, por lo que decidió recorrer con un amigo el sector de la calle Ayacucho hasta que encontró su retrovisor.

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“Es un carro poco común, así que es el mismo retrovisor que me sacaron y tuve que pagar $ 80 con la instalación”, relató el afectado, quien sí dice lamentar haber acudido al mercado informal, pero explicó que si hubiera comprado el artículo nuevo, no le habría alcanzado para cubrir la primera cuota del carro.

Como él, decenas de personas acuden cada mes a la calle Ayacucho en busca de estas partes que son arranchadas de sus carros cuando están parqueados. Ocurre en todos los sectores, a todas horas y es sabido por todos dónde se pueden encontrar las piezas robadas.

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Por eso los moradores de un sector del sur de Guayaquil decidieron hacerles la ‘cacería’ a quienes se apoderan de estas piezas. Esto fue después de que hace una semana dos sujetos a bordo de la misma moto pasaron por la calle José Mascote y en menos de 100 metros de distancia robaran tres retrovisores.

Decomisan 3.000 retrovisores de dudosa procedencia en el sur de Guayaquil

Consiguieron inmediatamente los videos de seguridad de los vecinos y acudieron a la calle Ayacucho, donde encontraron a los dos sospechosos, que vestían las mismas camisetas y gorras. Iban a bordo de una moto negra. Incluso los grabaron llegando al sector con más mercancía robada.

Los afectados identifican a los hombres como alias Diente Chueco y el otro sería alias Melena, pues tiene el pelo pintado y le sobresale de la gorra roja que lleva.

Los perjudicados empezaron a grabar a los ladrones en las calles Ayacucho y Leonidas Plaza y estos reclamaron.

“Señora, ¿por qué toma fotos?”, le pregunta el sospechoso mientras da vueltas en moto.

“Esta es la guarida de los ladrones, ladrones que roban los retrovisores. Vea, ofendidos todavía los ladrones”, responde la mujer que recopiló las imágenes del robo, del seguimiento y de los sospechosos ingresando a dos viviendas del sector de la Ayacucho, y creó varios videos que se han viralizado en los últimos días en la red social TikTok.

Muchos han identificado las casas que salen en las cintas como los lugares donde se guardan los objetos robados.

Un equipo de este Diario llegó al punto y corroboró que ambos sospechosos estaban en la zona recibiendo clientes. Incluso uno se acercó a la camioneta para preguntar qué pieza se buscaba.

Esas mismas viviendas donde se refugian aparentemente los sujetos fueron allanadas hace un año por la Policía Judicial y hallaron cerca de 200 retrovisores en el sitio, así lo confirmó el agente Luis Real, quien trabaja en estos casos.

El agente de la PJ mencionó que el problema es que la gente no denuncia, acuden directamente al lugar a recomprar y sostiene que algunos retrovisores no cuentan con serie alfanumérica, por lo que es complicado probar a qué carro pertenecían.

También detalla que hace un año se procesó a los dueños de la casa por posesión de artículos robados, un delito menor por el que salen pronto de la cárcel o reciben medidas cautelares.

Uno de los afectados de la calle José Mascote es Enrique Cuello. Él cuenta que le han robado los retrovisores de su SZA blanco cinco veces y que en cuatro ocasiones los ha comprado en el mismo lugar en 70 dólares.

Preguntan a la gente dónde le robaron y llaman por teléfono para que les lleven la misma pieza. Una vez que se confirma que es el mismo retrovisor se tiene que pagar antes de que lo instalen. Así funciona el negocio.

“La última vez armé un pleito ahí y me cayeron todos encima. No me quedó más que pagar”, señala el hombre y explica que estos delincuentes ‘descabezan’ los retrovisores para no partirlos y luego poder ellos mismos instalarlos.

“Son expertos en la pillería”, menciona Cuello, quien comenta que cuando el carro era nuevo hasta llegó a dormir dentro del automotor unas cuantas noches con la intención de cazar a los ladrones y caerles a palo, pero no fue posible.

Los afectados han optado por crear una especie de jaula para proteger los retrovisores. Foto: Cortesía

Otros afectados incluso han optado por armar estructuras a modo de jaulas para los retrovisores. Eso hizo Gregorio C. luego que dos veces le robaran los retrovisores de su SZ gris. Cuenta que los delincuentes han detectado que en ese modelo de carro es más fácil desprender los retrovisores.

La Policía Judicial ya está analizando los videos viralizados para desarticular la banda que opera en el sur de la urbe robando retrovisores, pero insiste en que se necesita una denuncia.

En diciembre del año pasado esta unidad decomisó 3.000 retrovisores de dudosa procedencia en el sur de Guayaquil. (I)