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Karoline Leavitt, secretaria de prensa y vocera del Gobierno de Trump, ha dejado atónitos a muchos con lo que dijo de Harvard.
La medida fue adoptada por el Consejo Universitario ante la "desatención" de la administración anterior.
Urge que las autoridades gubernamentales se pronuncien y den respuestas.
Trump acusa a Harvard de ser un foco de antisemitismo e ideología liberal progresista y está furioso porque se negó a someterse a una supervisión.
Los estudiantes chinos, que pagan decenas de miles de dólares, son una de las fuentes de ingresos más importantes para las universidades estadounidenses.
La Senescyt anunció que hasta el 1 de junio se podrá realizar el trámite para ingresar a las universidades públicas.
Las universidades de Tokio y Kioto están considerando acoger a estos estudiantes afectados por las medidas de Trump.
Las misiones diplomáticas estadounidenses suelen sufrir importantes retrasos en la tramitación de las solicitudes.
Esta medida llega en medio de la creciente tensión que hay entre la administración de Trump y Harvard.
Se trata de un Programa de Formación en Historia, Filosofía e Inteligencia Artificial, impartido en modalidad semipresencial.
Decenas de estudiantes se concentraron en los bajos del edificio del rectorado de la universidad.
En el primer periodo 2025 de acceso a la educación superior se ofertaron 125.000 cupos.
Trump acusa a Harvard de ser un bastión del antisemitismo, de promover ideas de izquierda radicales y de tener vínculos con el Partido Comunista Chino
Jesús, antes de la medida del Gobierno de Trump, contó que en una semana recibiría su título de abogado en Harvard.
La institución informó a través de un comunicado que ha tomado medidas administrativas preventivas para garantizar la integridad de sus procesos.
Esa situación obligó a la mayoría de los 8.674 estudiantes del alma máter a seguir con clases virtuales.
La secretaria de Seguridad Nacional escribió una carta a Harvard donde informa la revocación del programa que permite a extranjeros estudiar en Estados Unidos.
La promesa que le hizo un padre a su hijo fue más importante que cumplir con ley y seguir el reglamento durante un acto de graduación.
La decisión de se produce en un momento de escalada entre la universidad y el gobierno por las acusaciones de tolerar el antisemitismo en el campus.
La maternidad cambió por completo la vida de una joven universitaria quien encontró apoyo en un grupo al que llama su "aldea".