Sin camiseta y con las manos hacia atrás, en postura similar a la de una persona cuando está aprehendida. En el lado izquierdo del pecho mostraba un tatuaje de una metralleta y el cabello pintado de amarillo. Esa fue la fotografía de un niño que se viralizó en redes sociales en estos días y que reactivó el debate de endurecer, a través de reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP), las sanciones a menores que participan en hechos delictivos.
Inicialmente en redes sociales trascendió que el pequeño de la foto era conocido en Quevedo, provincia de Los Ríos, como el ‘niño sicario’, y que habría participado en homicidios y en robos. De hecho, a la par de las gráficas del menor circuló un video de un asalto a una tienda del sector Los Chapulos, en la parroquia San Camilo, y se relacionó al pequeño de la fotografía con ese hecho.
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Sin embargo, el lunes 6 de marzo, Darwin Guevara, comandante de la Policía de Quevedo, señaló que se verificaba dicha información, pero que podía tratarse incluso de un caso de otro país. Hasta la fecha no se ha confirmado si el menor es o no de Ecuador, pero la institución policial sí descartó que el niño haya estado aprehendido en Quevedo.
Independientemente de esta situación, la participación de menores en hechos delictivos no es ajena a la realidad nacional. En uno de los casos más recientes y de mayor conmoción está el asesinato del policía Freddi Bonilla, el 13 de febrero en Esmeraldas.
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El uniformado se movilizaba en su moto por una de las calles que unen a los barrios Tiwintza y 50 Casas, en el sur de esta localidad, cuando alrededor de las 22:00 fue interceptado por antisociales, entre ellos dos menores de 11 y 13 años. Los victimarios se apropiaron de la motocicleta y lo asesinaron con el arma de dotación del uniformado.
Menores retenidos hasta mediados de febrero
Hasta mediados de febrero pasado, a escala nacional la Policía había retenido a 497 menores de edad por su participación en diferentes ilícitos. La Zona 8, integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón, más Esmeraldas son las jurisdicciones donde se registraron la mayoría de detenciones.
Aquello fue confirmado por el ministro del Interior, Juan Zapata, en una rueda de prensa que ofreció en ese entonces para dar a conocer sobre la detención de tres ciudadanos involucrados en la muerte del policía Bonilla, que pertenecía a la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen).
Las autoridades gubernamentales han insistido en que las bandas delictivas reclutan cada vez a más niños y adolescentes a propósito de que estos son inimputables.
Y por ello, se ha pedido a la Asamblea Nacional que los menores que estén involucrados en hechos delictivos como el sicariato sean procesados sin gozar de las mismas garantías que otro que no esté relacionado con actos delictivos.
Marco legal
El artículo 305 del Código de la Niñez y Adolescencia establece que los adolescentes son penalmente inimputables y, por tanto, no serán juzgados por jueces penales ordinarios ni se les aplicarán las sanciones previstas en las leyes penales.
Mientras, el 306 de la misma normativa señala que los adolescentes que cometan infracciones tipificadas en la ley penal estarán sujetos a medidas socioeducativas por su responsabilidad de acuerdo con los preceptos del Código de la Niñez y Adolescencia.
En el caso de los niños, de acuerdo con el artículo 307, a más de inimputables tampoco son responsables, por tanto, no están sujetos ni al juzgamiento ni a las medidas socioeducativas contempladas en el mencionado marco legal.
Hace unos días, el ministro del Interior, Juan Zapata, refirió que antes los menores estaban involucrados en delitos como el hurto, pero actualmente la mayoría de ilícitos que ellos cometen son sicariato, robo, microtráfico y tenencia de armas.
De ahí que el secretario de Estado cree que la única solución para combatir este aumento de delitos cometidos por niños y adolescentes es reformar la ley.
¿A partir de qué edad las bandas reclutan a niños?
El general Edwin Noguera, comandante de Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), mencionó el 7 de marzo que la situación es compleja y que tanto Dinapen como el Departamento de Violencia Intrafamiliar (Devif) intervienen en la problemática.
En septiembre pasado, el general Víctor Zárate, entonces comandante de esta jurisdicción, mencionó en una entrevista con este Diario que jóvenes de 15, 16 y 17 años eran detenidos por cometimiento de delitos.
Pero el asesinato del policía Freddi Bonilla, en Esmeraldas, reveló que el rango sería desde los 11 años en adelante.
“Muchos abandonados han sido captados por estas organizaciones delictivas, empiezan por micro o narcoexpendedores y finalmente terminan como sicarios. Como la ley también les brinda hasta cierta medida, son inimputables y a los meses ya se encuentran otra vez en libertad y siguen cometiendo los mismos hechos violentos. Nos preocupa porque es un futuro que estamos perdiendo como sociedad, muchos jóvenes, no solo aquí en Guayaquil, en varias partes de la región Costa hay estos problemas”, expresó el excomandante de Policía de la Zona 8.
Alberto Molina, coronel en servicio pasivo y analista militar, refirió que el reclutamiento de niños en organizaciones delictivas no es un problema nuevo, pero es preocupante que vaya en aumento.
“El caldo de cultivo para incorporar estos jóvenes es porque son especialmente de áreas marginales, son gente pobre, gente que ha sido marginada y que es fácilmente cooptada, ya sea por dinero, por droga, un arma, un teléfono, más aún si es caro el teléfono se siente estimulada, porque de no tener nada estas bandas criminales le ofrecen droga, dinero y pasan a ser parte del ejército de estas bandas criminales”, expresó.
Francesco Tabacchi, gobernador del Guayas, manifestó esta semana que desde dicha instancia se trabaja en “limpiar la delincuencia” para dar seguridad a la ciudadanía, y que a la par la labor se enfoca en poder rescatar “a nuestros chicos” por medio del arte, deporte y cultura.
“Esa es la raíz del problema, tenemos que ir a trabajar, darles a ellos alternativas, que una de sus únicas alternativas no sea entrar a las escuelas de los gatilleros, como los problemas que estamos viendo. La Policía está muchas veces en sus intervenciones deteniendo a menores de edad (...) es una crisis que tenemos con los menores de edad, y saben qué ocurre, que son inmediatamente liberados. Y los policías los vuelven a detener al poco tiempo. Parece una tomadura de pelo, parece una película de terror en la que estamos metidos”, recalcó el representante del Ejecutivo.
A nivel del cometimiento de ilícitos por parte de adultos, él también hizo énfasis en la necesidad de que existan leyes que no permitan que una persona que comete el mismo delito reiteradamente pueda salir en libertad. (I)