Era tiempo de confinamiento obligatorio por el COVID-19 y estaba prohibida, además de otras actividades, la velación de los muertos para evitar más contagios del virus. Pero hasta esto se cobró en unos casos, y quien terminó pagando por estos rubros fue el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), ente que cubre también servicios exequiales para sus afiliados y jubilados.