El complejo carcelario de Guayaquil, escenario de cruentas masacres de internos este año, se compone de cinco centros que hasta octubre albergaban a 15.264 personas privadas de la libertad. Y aquí solo existen 238 agentes de seguridad penitenciaria, divididos en tres grupos de 79 cada uno. Es decir, hay una relación real de un guía por cada 193 reos en cada turno.