El inicio de abril ha sido marcado por el incremento de explosiones en la provincia de El Oro. En apenas los seis días iniciales se han registrado nueve atentados con artefactos explosivos en los cantones de Machala, El Guabo y Huaquillas, coincidiendo con el ambiente tenso de la segunda vuelta electoral. Otro hecho se replicó el jueves 10, en El Guabo.
Estos hechos violentos han incrementado el miedo ciudadano y la presión sobre las autoridades.
Publicidad
Las investigaciones policiales apuntan a que estos ataques no responden a una sola causa, sino a tres escenarios principales: extorsión, disputas territoriales entre bandas delictivas y motivaciones políticas. Así lo confirmó el gobernador de El Oro, Jimmy Blacio, quien advirtió sobre el preocupante incremento de estos delitos en toda la provincia.
Uno de los datos más alarmantes es que, según la Policía Nacional, el 94 % de los implicados en casos de extorsión no tiene antecedentes penales. Esta estadística revela que personas comunes están participando en actos delictivos, motivadas por el lucro fácil que representa esta modalidad criminal.
Publicidad
El gobernador Blacio explicó que en marzo ya se notó un repunte de extorsiones, pero abril ha sido crítico. Los cantones más afectados son Machala, Huaquillas, El Guabo, Pasaje, Santa Rosa y Arenillas. “No necesariamente son bandas organizadas. Muchas veces es gente común, vecinos, conocidos, que extorsionan a quienes tienen cerca”, indicó.
La Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (Unase) en El Oro ha detectado casos en los que parejas, amigos y hasta familiares se extorsionan entre sí, aprovechando que conocen rutinas, direcciones y otros datos sensibles.
Blacio detalló que los delincuentes suelen enviar mensajes con datos reales de la víctima, como nombres de sus hijos o direcciones de trabajo, generando un temor inmediato que muchas veces obliga a las víctimas a ceder.
“La extorsión se ha vuelto un negocio, sin necesidad de empleados ni infraestructura. Solo hace falta un teléfono y contacto con alguien que sepa fabricar explosivos”, aseguró.
Este patrón ha dado paso a que personas sin relación con bandas ejecuten atentados violentos. En muchos casos, el que lanza el explosivo no conoce a la víctima, solo cumple con la encomienda a cambio de dinero.
Esta situación ha derivado en explosiones cerca de viviendas, locales comerciales e incluso sedes políticas, como forma de presión o intimidación.
Para hacer frente a esta problemática, el gobernador anunció el refuerzo de unidades especializadas en la provincia. En los próximos días llegarán más agentes de la Unase y de la Fuerza Investigativa Contra la Extorsión (FICE), quienes están al frente de las investigaciones.
El comandante de Policía de la Subzona El Oro, William Calle, informó que de enero a marzo se registraron 46 detonaciones en diferentes puntos de la provincia. Los explosivos han sido usados tanto para cobros de vacunas como en enfrentamientos entre bandas delictivas como Los Lobos y Sao Box.
También se identificaron atentados con fines políticos, cuyo objetivo sería generar miedo colectivo en época electoral, afectando la imagen de las instituciones del orden y el desarrollo del proceso democrático.
Blacio advirtió que estas acciones buscan instalar en la ciudadanía la idea de que el Estado ha perdido el control, incrementando así el caos y la desconfianza. “Es un juego peligroso donde el miedo se convierte en herramienta de manipulación”, sostuvo.
Aunque se han realizado múltiples operativos y se ha logrado la aprehensión de sospechosos. “Muchos de los detenidos por estos hechos ya están en libertad”, lamentó Blacio, dejando entrever una posible falla en la administración de justicia. (I)