“Saqueo por el centro, piloso, yo me retiro”, era la alerta aparentemente de un conductor de bus urbano mientras circulaba por el sector en medio del ir y venir de peatones. Esto fue parte de un atípico trajín vespertino en Guayaquil, ciudad que vio el amanecer y atardecer azotada por una serie de ataques armados y con explosivos.