El abogado Pedro Granja, por el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE); el educador Jorge Escala, por Unidad Popular; la excandidata Luisa González, por la Revolución Ciudadana, y el dirigente de la Conaie Leonidas Iza, por Pachakutik (PK), son los nombres que hasta el momento se han planteado como precandidatos de las organizaciones de izquierda para los comicios generales de 2025.
Granja fue anunciado este último fin de semana en una convención del PSE, Escala fue escogido en un evento similar de la UP, el pasado 18 de mayo; González dejó en claro su intención de volver a participar desde el día siguiente de su derrota ante el presidente Daniel Noboa e Iza fue mocionado meses atrás en convenciones de PK y su precandidatura podría definirse el próximo 8 de junio en la convención nacional del partido en Quito.
Publicidad
Si bien ninguna candidatura está en firme todavía y las inscripciones oficiales se deben hacer del 13 de septiembre al 2 de octubre, expertos dicen que la intención de los partidos de tener su propio candidato revela que aunque son de la misma línea política, existen diferencias que pesan más, responden a sus propias agendas, buscan tener curules en la Asamblea Nacional o lograr el porcentaje de votos necesario para no desaparecer.
“Desde la misma teoría se analiza que desde el ego, cualquier persona se considera presidenciable, independientemente de tener una trayectoria política o profesional y lo que se ve en la izquierda, no Revolución Ciudadana, son esfuerzos de personas que tienen algo de conocimiento de lo público, pero quien representa una seudoideología de izquierda sería la RC, que lucha su propia pelea para ver a quién candidatiza”, explica Esteban Ron, analista político y decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad SEK.
Publicidad
Por su parte, Cristian Carpio, analista y docente de Ciencias Políticas de la Universidad de las Américas, menciona que se debe tener en claro que hoy por hoy siguen siendo precandidatos y que es probable que sigan apareciendo más y más nombres.
Lo que ocurre con los partidos de izquierda y de corte “progresista”, como suelen autodenominarse, dice estaría relacionado con que aunque tengan una ideología similar no confluyen y han sido críticos entre ellos mismos.
“Unidad Popular fue muy crítico del gobierno de Rafael Correa y siempre han mantenido una agenda propia. Aunque mucha gente de ese partido participó al inicio de ese gobierno y se desencantó. Pachakutik, por su parte, si hace alianza con la RC corre el riesgo de quedarse sin representación en la Asamblea, también está el recuerdo de cuando Luisa González llamaba a la unidad y Correa criticaba al movimiento indígena y eso explica la postura de Iza de los últimos días”, comenta.
Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), rechazó este lunes, 27 de junio, la propuesta de González de entablar un diálogo y aseguró, sin mencionar a Correa, que son los dirigentes los que no permiten establecer un verdadero diálogo entre movimientos y partidos de izquierda.
“Correísmo está en una línea de desgaste desde hace varios años”
No obstante, en el caso del correísmo, Carpio dice que el partido está enfrentando también un desgaste que antes de los comicios lo puede dejar sin organizaciones para formar alianzas como en años anteriores.
“En la medida que el correísmo se siga desgastando van a ver menos alicientes para generar una unidad del correísmo con otros movimientos, pero si se fortalece quizá muchos movimientos quieran sumarse, esto es así.
En este desgaste que está enfrentando el correísmo, dice Carpio que sería clave el discurso del mismo presidente Daniel Noboa que lo está poniendo como un “enemigo único”.
Ron dice que el correísmo debe ser tratado como un fenómeno individual y dice que su desgaste no es de ahora y viene desde hace algunos años. Siendo el principal motivo la ausencia de liderazgos y presidenciables fuertes.
“Como es una organización política monolítica y dependiente de Correa, ninguno de los nuevos liderazgos va a encasillar en el nivel de representación e incidencia de él. Además, las decisiones en el interior del partido son tomadas de forma sectaria, lo que desgasta a la organización aún más”, apunta.
Por su parte, Carpio cree otro escenario posible al tener a la RC debilitada sería uno en el que nadie tenga una fuerza representativa en el Legislativo y hacer mucho más complejo el formar consensos.
Asimismo, no descarta que la RC tenga en esta elección que enfrentar a candidatos de índole populista que tengan un discurso parecido. Ni tampoco que el mismo escenario de dispersión se presente en los partidos de centro y centro-derecha.
Ron considera también que este debilitamiento lo puede llevar al partido hasta no pasar a segunda vuelta si el resto de partidos siguen apostando por el candidato outsider para llegar al electorado.
“Como nunca el correísmo no tiene presidenciable definido, hay una lucha entre varios y si esta dispersión sigue, creo que sería hasta la primera vez en que el correísmo no entre a una segunda vuelta electoral”, menciona.
Partidos políticos participan ‘para no desaparecer’
Además de las diferencias políticas que pueden llegar a tener, Carpio dice que a la vez que el propio sistema electoral ecuatoriano “obliga” a los partidos a participar para no desaparecer, lo que deriva en tener múltiples candidaturas de distintos partidos y que no llegan ni al 5 % de votos.
“El sistema electoral da alicientes para la participación, muchos partidos necesitan tener resultados favorables para conservar su registro electoral, están también las agendas personalistas y no necesariamente de unidad, aunque sean de la misma línea política”, comenta.
Ron coincide y dice los umbrales de representación a los que deben llegar los partidos están establecidos en el mismo Código de la Democracia para no ser cancelados del Registro de Organizaciones Políticas.
Si las organizaciones no obtienen el 4 % de los votos válidos en dos elecciones pluripersonales distintas y consecutivas a nivel nacional; o, al menos tres representantes a la Asamblea Nacional; o, al menos el 8 % de alcaldías; o, por lo menos un concejal en cada uno de, al menos, el 10 % de los cantones del país, se procederá a la cancelación de su personería jurídica, dicta el artículo 327 en su numeral 3.
Ganar curules en la Asamblea Nacional a través de su candidato
En tanto, otra intención que podría tener el terciar con un candidato propio, coinciden los analistas en que va relacionado con que los partidos lo ven como una oportunidad para que los electores elijan a sus candidatos a la Asamblea Nacional y tener la opción de formar una bancada. En las elecciones de 2025 se elegirán 151 asambleístas y ya no a 137 como en el último proceso.
“Muchos casos necesitan tener un candidato que arrastre votos para tener curules en la Asamblea y lograr algo de participación”, indica.
Ron dice que este fenómemo se lo vio en la conformación de la Asamblea Nacional del 2021 en la que Pachakutik y la Izquierda Democrática tuvieron representatividad debido a los niveles de votaciones que obtuvieron sus candidatos en los comicios de ese año: Yaku Pérez y Xavier Hervas, respectivamente. (I)