Era 1979. El dirigente de los industriales León Febres-Cordero (LFC) buscaba jóvenes que quisieran trabajar con él en su campaña para llegar a la primera Cámara de Representantes (lo que luego fue el Congreso Nacional y ahora es la Asamblea Nacional) del retorno a la democracia en representación del Partido Social Cristiano (PSC). Por eso hizo algunas reuniones con estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Reclutó a algunos que le parecieron entusiastas y, sobre todo, coherentes con su línea política de derecha. Entre ellos estaba el veinteañero Pascual del Cioppo Aragundi, que por esa época cursaba la Licenciatura en Ciencias Sociales y Políticas.