Según el informe técnico n.º 178-B- DNAIS-2024 del Ministerio de Salud Pública, el exvicepresidente Jorge Glas ha recibido 79 atenciones médicas en la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, entre el 6 de abril del 2024, fecha en que llegó al sitio, y el pasado 2 de julio.

Dicho documento es parte del expediente del habeas corpus presentado por la defensa de Glas, en el cual pide que se le permita salir de prisión y cumplir su pena en la casa de su mamá ya que su salud mental está “muy deteriorada” y se teme que intente “nuevamente” suicidarse.

La audiencia en este caso se realizó el pasado 3 de abril, pero se suspendió a pedido del mismo detenido y aún no se fija una nueva fecha.

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“Desde el 6 de abril hasta el 2 de julio de 2024, la persona privada de libertad ha recibido 32 atenciones de medicina general, 24 atenciones de medicina familiar, 12 atenciones psicológicas, 1 atención en cardiología, 1 atención de neurología, 2 atenciones de psiquiatría, 1 atención en neumología, 1 atención de nutrición, 2 atenciones de reumatología, 1 atención de gastroenterología, 1 atención en urología y 1 de medicina interna. Total: 79 atenciones”, refiere el texto, que fue entregado al juez del caso por el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).

En el reporte, que tiene 19 páginas, se hace un recuento diario de la condición de salud de Glas.

Así, por ejemplo, se indica que el día en que llegó a La Roca, Glas tenía “una caja transparente con medicamentos, en su mayoría psiquiátricos”.

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“Paciente se encontró orientado en tiempo, espacio y persona, aparentemente estable. Se realiza la toma de signos vitales, los cuales estaban dentro de los parámetros normales, al examen físico se constató leve equimosis en las muñecas, artralgias inherentes a su patología de base”, menciona.

El médico que lo revisó recomendó que no se le entreguen todos los medicamentos a Glas de una sola vez, sino que se los guarden en las instalaciones del Cuerpo de Vigilancia y se los entreguen diariamente “para evitar su mal manejo”.

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Al día siguiente se le tomó una muestra para exámenes de laboratorio. En la noche, dice el informe, se le comunicó al médico de guardia que habían llegado para Glas quince medicamentos “prescritos de manera particular por su psiquiatra y médico internista”, y este le dio indicaciones de cómo tomarlos.

“Luego de la atención, personal de seguridad penitenciaria (ASP) comunica al médico de guardia que la PPL (persona privada de libertad) no había comido ni ingerido ninguna bebida en todo el día, por lo que se indica que el consumo de medicación debe realizarse luego de ingerir alimentos”.

En la mañana del 8 de abril, el médico de guardia llegó para darle atención al exmandatario y el personal militar le comunica que “no había comido y requieren la valoración”.

“Se encuentra a la PPL inconsciente y acostada sobre su cama, se observó que junto a él se encuentra un pastillero y una funda de medicina, por lo que se sospecha de una automedicación no prescrita. Se realiza la valoración de signos vitales, los cuales se encontraron considerablemente estables (...). El personal de salud activa el SIS ECU911 y refieren a la PPL al Hospital Naval de Guayaquil, donde se le brinda atención, se le realiza TAC simple de cerebro, abdomen y tórax, un electrocardiograma y exámenes de laboratorio. Todos estos exámenes mostraron resultados dentro de los parámetros normales”.

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El 9 de abril de 2024, Glas recibió el alta en el Hospital Naval y regresó a La Roca. “A su llegada es valorado por personal del Ministerio de Salud Pública, se realiza un examen físico clínico, comprobando que la PPL se encontraba estable; y, dando indicaciones de que la medicación de la PPL deberá permanecer bajo la custodia del personal del SNAI en el CPL y que se le deberá suministrar la misma de acuerdo al horario establecido en la prescripción de los medicamentos por el Ministerio de Salud”.

Tras ese episodio, que para la defensa de Glas fue un “intento de suicidio”, se le realizó una consulta para evaluar las condiciones generales del paciente

“Presenta piel y faneras de acuerdo a su biotipo morfológico, cabello de buena implantación; piel con turgencia conservada y sin lesiones aparentes, con signos de pliegue negativo; facie con leve palidez, cooperador con el interrogatorio, orientado en tiempo, espacio y persona...”, señala el texto correspondiente al 10 de mayo.

Dos días después, Glas comunicó a los médicos que se había declarado en huelga de hambre. A esa fecha, 12 de abril, Glas pesaba 82 kilos, según el reporte del Ministerio de Salud.

En los días siguientes, los médicos informaron que lo hidrataban con suero y le realizaron valoraciones en cardiología, neumología, reumatología y otros. Pero principalmente psicológicas, e incluso se le aplicaron test para determinar su situación emocional.

Ya para mayo, Glas empezó a consumir vitaminas del complejo B, alimentación complementaria (Ensure) y esporádicamente huevos o guineo”. Se mostraba activo pero pálido. Así que las autoridades estaban en alerta por si surgía alguna emergencia.

El 17 de mayo, los médicos reportaron que Glas pesaba 77 kilos, o sea, cinco menos de los que tenía cuando ingresó a La Roca.

El 29 siguiente, Glas comunicó que había concluido su huelga de hambre. A esa fecha su peso seguía en 77 kilos.

“Paciente refiere que finaliza su ayuno prolongado por huelga de hambre por decisión propia y voluntaria. Al momento de la valoración se encuentra activo, afebril, luce hidratado, facie con leve palidez, signo del pliegue negativo; se encuentra cooperador con el interrogatorio, orientado en tiempo, espacio y persona, con Glasgow 15/15. Signos vitales: P.A: 120/85, FC: 81 x min, T: 36.5 ºC, FR: 18 x min, Sat. O2: 97 %”.

En el informe se afirma que el exmandatario recibió atención de una nutricionista porque se hallaba en un “proceso de adaptación alimentaria por fin de ayuno prolongado por huelga de hambre”.

El siguiente reporte de su peso es del 23 de junio. Ahí se indicó que alcanza los 72 kilogramos, cinco menos de cuando culminó la huelga de hambre.

Durante toda su estancia en La Roca, que este 5 de julio suma ya tres meses, Glas ha reportado que experimenta flashbacks y alucinaciones.

La terapia que recomendaron los médicos buscaba, según el documento, “identificar y modificar los pensamientos y comportamientos negativos; enseñarle al paciente técnicas de relajación y manejo del estrés; trabajar en la resolución de problemas y la toma de decisiones; y promover la activación conductual, alentando al paciente a participar en actividades que le sean agradables y gratificantes”.

Se menciona, además, que en todas sus consultas psicológicas se le ha procurado dar “escucha activa, contención emocional, psicoeducación en torno a la situación actual, identificación de factores de protección, técnicas de respiración profunda, técnicas de relajación con visualización guiada y de actividades de autocuidado”.

Sobre lo que se dice en este documento, Sonia Vera, quien es parte del equipo de abogados internacionales de Glas, afirmó en su cuenta de X que es falso: “El Gobierno ha incumplido reiterada y sistemáticamente las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Las pruebas de negligencia son abrumadoras. La tortura, el trato cruel e inhumano son constantes”. (I)