En los dos años de mandato de Guillermo Lasso hubo al menos dos momentos en los que el decreto de muerte cruzada (o sea, la disolución de la Asamblea Nacional y el adelanto de elecciones) estuvo listo para ser firmado. Francisco Jiménez, exministro de Gobierno, dice que “la tercera fue la vencida” porque el desgate de la relación entre Ejecutivo y Legislativo llegó a un punto en que ya no se soportaban más.