Aunque ninguna autoridad lo ha querido reconocer, las dos últimas semanas la relación entre Ecuador y Rusia cayó en un desencuentro diplomático, que derivó en repercusiones comerciales. Y si bien el Kremlin levantó el viernes la suspensión temporal a cinco empresas ecuatorianas exportadoras de banano, a las que acusó de enviar fruta contaminada con moscas jorobadas, el ambiente entre Quito y Moscú aún se percibe tenso.