Aunque en mayoría los criterios apuntan a que ha sido correcto que el Consejo de la Judicatura (CJ) haya decidido declarar la nulidad total insanable del concurso público con el que se buscaba llenar diez vacantes de jueces y al menos quince de conjueces para la Corte Nacional de Justicia (CNJ), preocupa que por segunda ocasión un proceso de este tipo vuelva a foja cero y que el más alto órgano de justicia ordinaria del país siga su trabajo sin tener el número necesario de magistrados titulares.