Con una amplia mayoría, la Asamblea Nacional abrió el candado constitucional a los vetos presidenciales, incluidos en la Constitución del 2008, y con ello le resta a la potestad que tenía el presidente de la República para echar abajo los textos aprobados por el Parlamento e imponer sus observaciones, para lo cual el pleno necesitaba mayoría calificada, es decir, 92 votos.

Al enmendar el artículo 138 de la Constitución, el Legislativo necesitará —en adelante— una mayoría absoluta (70 votos) para ratificarse o insistir en los textos aprobados inicialmente en el pleno.

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Asamblea Nacional aprobó reforma para insistir en vetos presidenciales con 70 votos

La enmienda constitucional fue planteada en junio de 2020 por el exlegislador Héctor Muñoz (antes de SUMA), con el propósito de eliminar lo que consideró como “desbalance” entre el Ejecutivo y el Legislativo en el proceso de construcción de leyes.

En el primer debate, esta propuesta recibió críticas de todos los sectores políticos representados en el Parlamento, incluido el correísmo, que este jueves 30 de mayo del 2024 votó junto con los socialcristianos, el movimiento Construye, Pachakutik e independientes a favor de este cambio constitucional, que ya está en vigencia, una vez que esta misma tarde fue publicado en el Registro Oficial.

Muñoz argumentó que la enmienda no afecta a la estructura del Estado, no modifica el carácter o los elementos constitutivos del Estado, no restringe derechos ni garantías establecidas en la legislación ecuatoriana, ni tampoco modifica el mecanismo de reforma para la propia Constitución.

“Esta es una reforma que no quita ninguna función al Ejecutivo. Esta es un reforma que lo único que quiere es eliminar ese desbalance que existe en la construcción de las leyes. Tampoco es una propuesta populista”, comentó el exasambleísta, a quien le sorprendió que la Asamblea haya encontrado 94 votos para aprobar la enmienda que al final del día beneficia a los ecuatorianos porque se tendrán leyes mayormente equilibradas.

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Para los constitucionalistas André Benavides y José Chalco-Salgado, esta enmienda es un avance porque va en la línea de balancear los poderes Ejecutivo y Legislativo en la elaboración de las leyes, tomando en cuenta que un proyecto se aprueba con mayoría absoluta (la mitad más uno de los miembros, o sea, 70), pero que para ratificar luego de un veto presidencial se necesita una mayoría calificada (dos tercios de los integrantes o 92 votos), cuando hay leyes que pasan con “las justas”.

“De alguna manera, la enmienda le baja el poder al presidente de la República y equilibra las cosas”, afirma Benavides, porque en la Constitución de Montecristi se aprobó un texto para que el presidente, si vetaba un artículo, este se fuera al Registro Oficial porque en la Asamblea difícilmente podría encontrar los 92 votos para insistir en lo aprobado.

Chalco, en tanto, precisa que la enmienda disminuye el “hiperpresidencialismo” y genera un equilibrio, porque el Ejecutivo con un veto y con una sola voluntad dejaba de lado lo aprobado por el Parlamento y prevalecía su criterio. De esa forma, el presidente de la República echaba abajo todo un proceso de aprobación legislativa que implica la iniciativa, comisiones, reuniones con la sociedad civil y con representantes de los órganos interesados en la materia, primer debate, informes y segundo debate; y que de pronto, con la posibilidad de que el Ejecutivo lo vete parcialmente, se iba por encima de todo el procedimiento legislativo.

“Al modificar la Constitución en el artículo 138, indudablemente amortigua el diseño institucional del hiperpresidencialismo, aunque falta mucho más, pero con lo aprobado permite un mejor equilibrio de poderes y es un buen paso”, sostiene Chalco.

Posiciones legislativas

El sector de Gobierno no logró los votos suficientes para bloquear la aprobación de la enmienda constitucional al artículo 138 de la Constitución. Foto: Vicente Ordóñez

La enmienda al artículo 138 de la Constitución fue aprobada con 94 votos que vinieron de las bancadas de la Revolución Ciudadana (RC), Partido Social Cristiano (PSC), movimiento Construye, Pachakutik y legisladores independientes. El sector del Gobierno, representado en la bancada Acción Democrática Nacional (ADN), junto con independientes y con tres legisladores de Construye votaron en contra y reunieron 36 votos.

En este nuevo diseño en la construcción de leyes, los proyectos referentes a la consulta popular remitidos por el Ejecutivo serán los primeros a los que se les aplique la enmienda, porque la Asamblea Nacional solo necesitará una mayoría absoluta para ratificarse en el texto inicialmente aprobado.

Se mantiene la posibilidad de que la Asamblea Nacional mediante mayoría simple, es decir, mitad más uno de los asambleístas presentes en la sala, pueda allanarse al texto presidencial frente al veto parcial.

El presidente de la Comisión de Enmiendas y Reforma Constitucional, Otto Vera (PSC), destaca que esta enmienda permite, sobre todo, un equilibrio entre las dos funciones del Estado (Ejecutivo-Legislativo), porque la Constitución de 2008 permitía que el presidente de la República pudiera tener la posibilidad de imponer sus textos, y la Asamblea necesitaba 92 votos para poder ratificarse en lo aprobado.

“En el procedimiento parlamentario había un hiperpresidencialismo. Y con esta enmienda tampoco es que el Legislativo puede imponer textos porque, si mañana el Ejecutivo no está de acuerdo con el texto, puede vetar un proyecto de ley y nosotros no podemos tratarlo en un año”, dice Vera.

Leonardo Berrezueta, del bloque Revolución Ciudadana, considera que no se trata de golpear al Gobierno de turno, sino de un equilibrio de poderes, porque quien tenga en su momento el gobierno tendrá que buscar los votos suficientes para que el Legislativo ratifique su veto; pero si la Asamblea tiene los votos, se ratificará en lo aprobado.

“No tenemos que ver quién se impone y quién no, sino el tema del equilibrio. Si el Gobierno nacional tiene una mayoría en el Parlamento, no tiene por qué preocuparse, porque no habrá los 70 votos para poder ratificarse lo que aprobó el pleno”, anota Berrezueta.

El legislador de Gobierno Adrián Castro cuestiona la aprobación de la enmienda porque “cualquier Gobierno que venga a futuro tendrá al otro lado un hiperparlamentarismo, una Asamblea con muchos poderes, y en ciertos momentos del eje político puede ser un riesgo, un peligro”.

Mariana Yumbay, de Pachakutik, defiende lo aprobado por el Legislativo porque, a su criterio, enmendar el artículo 138 de la Constitución contribuye a la democracia, porque se fortalece la labor de la Asamblea Nacional sin interrumpir la capacidad de colegislador que tiene el Ejecutivo.

“Lo que ha ocurrido en los años anteriores es que la decisión del Legislativo no era respetada por el Ejecutivo, quien hacía los cambios que consideraba pertinentes y, desafortunadamente, cuando regresaba a la Asamblea se necesitaban 92 votos; esos votos no se alcanzaban y una ley entraba en vigencia con el veto parcial del presidente”, subraya Yumbay. (I)