Vanessa Guillén, una joven soldado que fue abusada sexualmente y luego asesinada en la base de Fort Hood, Texas, en el 2020, es una víctima más de los ataques sexuales que transcurren en las academias militares de Estados Unidos.

De hecho, una de cada cinco mujeres en formación militar dijo en una encuesta anónima que había experimentado contacto sexual no deseado en su academia. Esto se reportó en un informe del Departamento de Defensa sobre la experiencia de las alumnas, con el objetivo de tomar medidas cruciales para prevenir las agresiones y acoso.

Estas medidas exigirán un mejor liderazgo y más capacitación conductual en las aulas en un esfuerzo por acabar con las crecientes tasas de acoso, desde tocamientos no deseados hasta violaciones.

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De acuerdo con los datos recogidos por el Pentágono, el periodo de formación militar del 2021-2022 vio un aumento de los ataques sexuales hacia las mujeres en las academias. El incremento fue del 18 % respecto del periodo anterior.

Las bebidas alcohólicas a menudo son un factor clave en los abusos sexuales. Los soldados usualmente consumen alcohol en las ‘novatadas’ que celebran para dar la bienvenida a la nueva generación de alumnos, pero se reportó que en el caso de la Academia de la Fuerza Aérea, los estudiantes mayores suelen comportarse de forma agresiva con los nuevos.

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El consumo de alcohol estuvo involucrado en el 60 % de los incidentes de contacto sexual no deseado informados, dice el informe de 44 páginas.

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“Estas cifras son extremadamente decepcionantes y perturbadoras”, dijo Beth Foster, directora de la Oficina de Resiliencia de la Fuerza.

“El informe de este año muestra un aumento significativo en la prevalencia de agresión sexual en las academias del servicio militar... Esta es la tasa de prevalencia estimada de agresión sexual más alta para mujeres y hombres en las academias del servicio militar desde que el departamento comenzó a medir esto en 2006″.

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Los oficiales aseguran que ha habido una desconexión entre lo que aprenden los cadetes y el comportamiento a menudo negativo e impune que ven en sus mentores.

“Cuando los cadetes aprenden algo sobre liderazgo o prevención en el salón de clases, pero no lo ven reforzado en otros entornos, envía mensajes contradictorios sobre qué esperar”, dijo un funcionario del Pentágono.

Además, hay una influencia muy grande de las redes sociales.

El informe dice que las estudiantes pueden obtener información inexacta sobre la prevención de agresiones, los informes, los recursos y la justicia militar, lo que las hace menos propensas a buscar ayuda.

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El enfoque en las agresiones sexuales llega en un momento difícil para el ejército de Estados Unidos, que lucha por atraer nuevos reclutas y enfrentó una escasez de soldados el año pasado y problemas mayores en el futuro.

Por eso, es importante despejar el clima tóxico de las academias militares. El estudio exige que más oficiales superiores y líderes alistados trabajen con estudiantes en las academias del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y brinden capacitación ampliada.

Las academias deben formar mejores líderes estudiantiles para ayudar a sus compañeros.

También se deben tocar temas como el alivio del estrés, mala conducta, redes sociales y otros problemas de la vida en las clases, y los estudiantes deberán ser calificados al respecto.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo que espera una rápida implementación de los cambios. (I)