Al filo de la medianoche, el 23 de septiembre de 2000, antes de rendir cuentas ante la justicia, Vladimiro Montesinos Torres escapó del Perú a bordo de un jet privado con rumbo a Panamá. Acababa de renunciar como asesor del dictador Alberto Fujimori y, para él, Panamá no era un destino cualquiera. Cuatro años antes, sus cómplices de corrupción habían comenzado a tejer en ese país una enorme red de compañías offshore. Su extensión real, sin embargo, nunca se conoció tanto como la presentamos hoy.