En los últimos días Suecia registró un promedio de 0,6 muertes por COVID-19 al día, esto se compara con 74 muertes en el Reino Unido y 329 muertes en los Estados Unidos, en el mismo periodo de tiempo.

A pesar de tener el mayor número de muertes per cápita de sus vecinos escandinavos, Suecia ha ido incrementando su economía durante la pandemia al hacer cumplir estrictas normas de distanciamiento social o cierres.

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A inicios de julio le dijo adiós al reglamento de uso obligatorio de mascarillas en el transporte público, mientras que los jefes de salud en los EE. UU. y el Reino Unido argumentan que aún deben usarse estos para detener la propagación de la variante delta, una de las actuales preocupaciones según la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su alto contagio.

Foto: Pexels

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. advirtieron el viernes pasado que la variante delta era tan infecciosa como la varicela, pero Anders Tegnell, el arquitecto de la estrategia COVID-19 de Suecia, advirtió contra analogías tan amplias.

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El médico sueco especializado en enfermedades infecciosas informó que todavía hay “muchas cosas que no sabemos” sobre la variante y que era erróneo sacar “conclusiones de gran alcance”. En declaraciones al medio de comunicación sueco Aftonbladet, Tegnell argumentó que la delta era la variante dominante en Suecia y había estado circulando durante “bastante tiempo”.

El epidemiólogo estatal actual de Suecia dijo al periódico: “Es difícil decir qué tan contagiosa, ya que en lo que respecta a la varicela, hemos podido seguir la enfermedad durante varios años. La infecciosidad de la delta parece ser muy desigual; en algunos casos, una persona infecta a cien personas, luego tenemos otras ocasiones en las que una persona infectada no infecta a nadie en absoluto”. Además, advirtió que la propagación de la variante fue mayor entre los jóvenes que no se adhieren a las pautas de distanciamiento social tanto como los ciudadanos mayores. (I)