“Urjo a mis colegas en la Cámara Baja y el Senado a actuar. Podemos prohibir de nuevo las armas de asalto y los cargadores de munición de gran capacidad en este país”, sentenció este martes el presidente estadounidense, Joe Biden, haciendo un llamado a prohibir los fusiles de asalto y a regular la tenencia de armas después del tiroteo en Boulder, en el estado de Colorado.
Biden aseguró estar “devastado” por la noticia y pronunció un discurso solemne después de que el país quedara conmocionado por la masacre en la que murieron diez personas, el segundo tiroteo masivo en Estados Unidos en una semana, lo que atizó el debate sobre un mayor control a la tenencia de armas.
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“Esto no debería ser un tema partidista. Es un tema estadounidense. Esto salvaría vidas”, aseguró.
El autor señalado por el tiroteo ocurrido en un supermercado y que está hospitalizado fue identificado como Ahmad Alissa. Su condición es “estable” y debe ser trasladado a prisión en poco tiempo, declaró la jefa de la Policía de Boulder, Maris Herold, en una conferencia de prensa.
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Según los medios de comunicación estadounidenses, el hombre iba armado con un fusil de asalto AR-15, un arma que suele utilizarse en este tipo de matanzas, un tipo de incidente que es recurrente en Estados Unidos.
Todavía se desconoce su motivación, según las autoridades. Todas las víctimas fueron identificadas y tenían edades comprendidas entre los 20 y los 65 años, dijo la misma fuente. El policía fallecido era padre de siete hijos, dijo Herold.
Nuevo tiroteo provoca 10 muertes en Colorado, Estados Unidos
“Podemos salvar vidas” con el control de armas, dijo Biden en su declaración desde la Casa Blanca.
Estados Unidos aprobó en 1994 un veto federal a las armas de asalto en el país, que en palabras de Biden “hizo que se derrumbaran los asesinatos masivos”, pero en 2004 expiró sin que el Congreso lo renovara.
El debate sobre el control de armas se reactiva periódicamente en Estados Unidos cuando hay tiroteos masivos, pero la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés) y sus poderosos aliados en el Congreso han impedido que se aprueben medidas de calado al respecto en los últimos años.
Tras el tiroteo de Colorado, la NRA tuiteó una copia de la Segunda Enmienda de la Constitución, que asegura el derecho a la tenencia de armas.
Este ataque se produjo menos de una semana después de que un asaltante armado, también de 21 años, matara a tiros a ocho personas en varios salones de masaje asiáticos de Atlanta, en Georgia.
Ocho personas murieron en tiroteos en tres salones de masaje en EE. UU.
Biden pidió en concreto que el Senado apruebe “inmediatamente” dos proyectos de ley que ya han recibido el visto bueno de la Cámara Baja y que “cerrarían los vacíos legales en el sistema de verificación de antecedentes” de los compradores de armas.
Preguntado por si él mismo presentará sus propias propuestas legislativas para aumentar el control de armas, el presidente dijo que daría más detalles sobre ese tema en otro momento.
Como hizo después de esos ataques, el mandatario ordenó rebajar a media asta las banderas de la Casa Blanca y de todos los edificios públicos del país hasta el 27 de marzo, en memoria de las víctimas del tiroteo de Boulder.
Estas dos matanzas tan seguidas, tras un periodo de relativa calma durante la pandemia, volvieron a poner en la palestra el debate sobre un endurecimiento de las legislaciones sobre la tenencia de armas.
En las encuestas, una mayoría de los estadounidenses se declara a favor de una mayor regulación, una postura que también apoya la Casa Blanca, pero los republicanos se oponen tenazmente ya que argumentan que legislar en este sentido va a en contra de la Segunda Enmienda de la Constitución.
“Hay demasiadas familias en demasiados lugares que se ven forzadas a soportar este insondable dolor y angustia”, dijo en un comunicado la líder de la Cámara de Representantes. “Es necesario actuar ahora para prevenir que esta lacra siga lastrando a nuestras comunidades”.
Sin embargo, es improbable que una legislación regulatoria sea aprobada en el Senado, donde se necesitan al menos nueve votos republicanos. (I)