Si hay algo que es común entre multimillonarios es tener un jet privado, que pueden usar para transportarse a donde quieran, cuando quieran y sin exponerse al público que viaja en aeropuertos y vuelos comunes.

Estos aviones por sí solos pueden costar millones de dólares, dependiendo del modelo o del tamaño. Sin embargo, el gasto que conlleva tener un jet privado es aún mayor. Hay que considerar el combustible, el mantenimiento y el trabajo de la tripulación a cargo del vuelo, entre otras cosas.

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Además, los multimillonarios que viajan en estos aviones privados corren el peligro de que sus competidores rastreen sus vuelos y tengan una ventaja sobre ellos. O de ser víctimas de un atentado.

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Por esas y otras razones, muchas de las personas más ricas del mundo han abandonado sus aviones privados y se han apostado por el jet-sharing, una forma de compra en multipropiedad.

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Avión privado. Foto: PrivateFly

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Qué es el jet-sharing

Es una técnica en la cual varios millonarios le compran a una compañía aérea los derechos de usar un avión determinadas veces al año, según la cantidad de veces que lo vayan a usar.

De esa forma, no se compra un avión físico, sino una especie de bono para usar un avión de esta compañía, que es la que se encarga de darle mantenimiento al jet, de proporcionar la tripulación y de gestionar que siempre haya uno disponible cuando el cliente lo solicita.

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Cuando algunas personas invierten en esta forma de transporte, se vuelven una especie de accionistas de la empresa aérea, sin asumir todos los costos de lo que sería tener un avión propio.

Sin embargo, tampoco se trata solo de alquiler, ya que al alquilar un avión privado no hay certeza de que uno va a estar disponible, o depende mucho del estado del mercado.

Por eso, la copropiedad a largo plazo es una opción más económica, simple y segura para los multimillonarios que viajan constantemente y no quieren volar en aviones comerciales.

Según Unitsky Aero, una de las ventajas del jet-sharing es poder decidir la fecha y hora de salida del avión, y que el jet privado despega así no estén todos los asientos vendidos. (I)