Ghislaine Maxwell, ahora catalogada como traficante sexual convicta, fue trasladada a Florida para cumplir una sentencia de 20 años en una prisión federal por ayudar al financiero Jeffrey Epstein en la acusación de abuso sexual con mujeres menores de edad.

Maxwell, de 60 años, fue trasladada de la cárcel federal de Brooklyn a FCI Tallahassee, una prisión federal de baja seguridad en la capital de Florida.

Según explicó la consultora Holli Coulman, cofundadora de Pink Lady Prison Consultants, durante los primeros 30 días limpiará los retretes o lavará los platos antes de que se le asigne un trabajo a largo plazo; ese trabajo será remunerado con entre 15 y 27 centavos de dólar por cada hora trabajada (aproximadamente un 2% del salario mínimo de Florida).

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No va a ser fácil para ella. Habrá mujeres que han sido maltratadas y que no la querrán en absoluto por sus delitos. La prisión le asignará su mejor personal y la pondrá con una mujer mayor que no tenga problemas”, indicó la consultora.

Sus abogados, que llegaron a comparar las condiciones del penal de Brooklyn con las de la celda del psicópata Hannibal Lecter en “El silencio de los corderos”, habían solicitado que cumpliera condena en otra cárcel de baja seguridad -es decir, sujeta a menos restricciones-, situada en el estado de Connecticut.

De acuerdo a The New York Post, la prisión de Tallahassee a la que ha sido enviada la que fuera examante y exsocia de Epstein tiene un amplio catálogo de “programas de recreo, ocio y sociales” para su población de más de 800 presos y presas, con actividades de arte o deportivas.

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A principios de julio, Maxwell presentó una apelación contra su condena -fue declarada culpable de cinco de los seis delitos que enfrentaba tras un juicio de un mes- y su sentencia de 20 años, pese a que fue mucho menso dura que lo que solicitaba la Fiscalía (entre 30 y 55 años de cárcel).

El nuevo hogar de Maxwell, FCI Tallahassee, está a unos 580 kilómetros de la mansión de Epstein, ya demolida, en la lujosa Palm Beach, donde los fiscales dicen que se produjeron algunos de los abusos.

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Esta prisión fue inaugurada en 1938 y al momento, tiene unos 820 reclusos. Según un manual para detenidos, las personas encerradas en el centro tienen acceso a una amplia gama de clases y actividades, como pintura, trabajo en cuero, arte y cerámica, instrumentos musicales, deportes en equipo como softball, baloncesto y volleyball.

Además, cuenta con actividades como yoga, pilates, emisión de películas y un espectáculo de talentos para reclusos, según la empresa de consultoría penitenciaria Zoukis Consulting Group. (I)