Sin embargo, las partes más traicioneras a menudo no fueron capturadas por la cámara. Mientras vadeaba un río profundo en la jungla, la esposa de Sun fue arrastrada por las rápidas corrientes.Probablemente habría perdido la vida si no fuera por tres inmigrantes sudamericanos que corrieron a rescatarla, dijo Sun.Debido a la barrera del idioma, los chinos y los sudamericanos no hablaban mucho, dijo. “Pero estábamos todos juntos en esto”.Su familia finalmente llegó a California, donde Sun encontró trabajo en un almacén a través de las redes de la diáspora china. Todo el viaje de China a Estados Unidos tomó tres meses, dijo.Wentao, de 30 años, tardó tres semanas en empacar su vida en el este de China, donde había trabajado en empleos ocasionales como enseñar artes marciales y arreglar computadoras.Al igual que Sun, no veía futuro para sí mismo en medio de la política de cero covid de China y del control político más estricto. Por temor a represalias contra su familia, que se quedó en China, no reveló su apellido para esta historia.Wentao dijo que decidió irse cuando China abolió el límite del mandato presidencial, allanando el camino para que Xi Jinping gobierne el país indefinidamente. En octubre, Xi se aseguró un tercer mandato.Bajo Xi se ha reforzado el control sobre la economía, implementando regulaciones estrictas sobre el sector privado. También instituyó una política contra el coronavirus de línea dura, que significaba que algunos no podían salir de su vecindario ni incluso de su edificio de apartamentos.En noviembre, estallaron protestas en muchas ciudades chinas, y algunos pidieron la destitución de Xi. Pekín respondió relajando algunas de las medidas más impopulares.Pero muchos como Wentao están preocupados de que si continúa la tendencia autoritaria, el crecimiento económico que ha impulsado al país ya no se sostega.Quería comenzar una nueva vida en Estados Unidos, pero hacerlo legalmente era una posibilidad remota, ya que la pandemia y el empeoramiento de las relaciones políticas han provocado una caída drástica en la emisión de visas a los ciudadanos chinos.En 2021, Estados Unidos rechazó el 79% de las solicitudes de visa de turista provenientes de China.Entonces, Wentao voló de Shanghái a Europa, antes de tomar otro vuelo a Quito.Luego viajó 1.609 kilómetros en autobús y barco para llegar a Acandí, un pueblo colombiano fronterizo con Panamá. A partir de ahí, caminó durante siete días por la selva del Darién con otros tres hombres chinos a los que conoció en el camino, hasta llegar a un campamento de refugiados en la selva con cientos de migrantes de todo el mundo.Wentao finalmente llegó a California y todo el viaje le costó alrededor de US$8.000, la mayor parte de sus ahorros.Las estimaciones en línea sitúan el costo promedio entre US$5.000 y US$10.000 para pagar el transporte, a los coyotes (guías que ayuda al paso), los alimentos y los sobornos a gángsters y policías corruptos. Los inmigrantes chinos han afirmado que los extorsionan por tarifas más altas que a otros porque los ven como objetivos más fáciles.De la docena de migrantes que hablaron con la BBC para esta historia, muchos dijeron que, irónicamente, salir de China durante la pandemia no fue menos difícil que la ardua travesía alrededor del mundo.China ha implementado un estricto control fronterizo para combatir la covid, reduciendo los vuelos internacionales de pasajeros en un 97% en 2021 en comparación con 2019, según cifras del gobierno.También dejó de emitir pasaportes por “razones no esenciales” bajo lo que llama feibiyao buchuguo, una política que prohíbe a las personas salir de China a menos que sea “estrictamente necesario”.Algunos inmigrantes utilizan agencias dudosas para falsificar ofertas de trabajo o cartas de admisión a la escuela desde el extranjero para solicitar pasaportes, que son necesarios para volar fuera del país.Aunque China ha tomado medidas para aflojar las restricciones de covid en las últimas semanas, Wentao dijo que no habría cambiado su decisión de irse.“Ya sea que la covid cero se mantenga o no, los problemas de raíz no han cambiado”, dijo Wentao. “En China, no veo esperanza”.El gobierno chino no respondió a la solicitud de comentarios de la BBC, pero anteriormente defendió las políticas del país cuando se le preguntó sobre la popularidad del zouxian.Las preocupaciones de Wentao también fueron compartidas por otros inmigrantes con los que habló la BBC.La mayoría de ellos solicita asilo al llegar a suelo estadounidense, a menudo por motivos políticos o religiosos. El proceso de solicitud puede tardar muchos años en completarse debido a los crecientes retrasos en el sistema de inmigración.Mientras tanto, esperan, buscando trabajos para ganarse la vida.La mayoría se estableció en California o Nueva York, uniéndose a una gran comunidad de habla china para tener un mejor acceso a trabajos y representación legal.Wentao eligió Fremont, California, para estar más cerca de su iglesia. Compró un Camry de 2003 por US$1.900 que tiene más de 273.000 kilómetros y vive en una casa con otros inmigrantes.De lunes a sábado, se levanta alrededor de las 7:00 y maneja hasta San José para trabajar con un equipo de construcción chino. Gana US$160 por día. Los domingos por la mañana va a la iglesia.Fanático de la exitosa serie de televisión del oeste Yellowstone, Wentao sueña con visitar el parque nacional algún día.“Pero antes de eso, voy a ahorrar y comprar un auto nuevo que sea capaz de llevarme hasta allí”, dijo.","isAccessibleForFree":true}
Migrantes cruzan el Darién. CORTESÍA DE SUN JINCAI Foto: BBC Mundo
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BBC Mundo
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China puede estar aliviando algunas de sus severas restricciones contra la covid-19, pero sus duras políticas contra la pandemia han llevado a muchos ciudadanos a buscar un futuro mejor en otros lugares, sin importar los riesgos que implique la travesía.