Las primeras imágenes del cuerpo de Benedicto XVI lo muestran yacente en una sala del monasterio, Mater Ecclesiae del Vaticano, donde residía retirado desde su renuncia en 2013. Su cuerpo está acostado sobre dos cojines, bajo un gran crucifijo y junto a un cirio encendido, un árbol de Navidad y un Portal de Belén.