Los pedidos para conocer cuanto antes las causas oficiales de la muerte de Abimael Guzmán aumentan en Perú al igual que la exigencia de medidas necesarias para evitar que su deceso sea el inicio del culto a quien es considerado “el mayor asesino de la historia del país”. Toda manifestación pública que le rinda homenaje será vista como un delito de apología al terrorismo, penado con hasta 15 años de cárcel.