“¿Por qué tuvieron que morir los niños?”, le preguntó de madrugada a Ignacio Mata su hijo de 15 años, incapaz de dormir tras la masacre del martes en una escuela primaria de Uvalde (Texas, EE.UU.). “Intentar que él lo entienda cuando ni siquiera yo puedo entenderlo (...), creo que es lo más difícil que he hecho como padre”, asegura Mata en una entrevista con Efe desde su tienda en esta localidad del sur de Texas, donde dos de sus hijos estudian en un instituto.