Cerca de 15 millones de votantes registrados se preparan para ejercer su derecho al voto en las elecciones generales que se celebrarán el domingo 21 de noviembre, donde se escogerá al presidente y vicepresidente del país para el periodo 2022-2026.

“Cambios profundos” y “más seguridad” son parte de los pedidos de los ciudadanos de Chile, que este domingo acudirán a las urnas para elegir al sucesor del hoy presidente, el conservador Sebastián Piñera, en unas elecciones consideradas las más inciertas y cruciales de las últimas décadas.

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Con un alto índice de indecisos y poca confianza en las encuestas, los dos candidatos que tienen más posibilidades de pasar al balotaje son el izquierdista Gabriel Boric, un exlíder estudiantil de 35 años que quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa; y José Antonio Kast, un ultraderechista que busca reducir el papel del Estado y prohibir el matrimonio gay y todas las formas de aborto.

Ocho candidatos presidenciales tendría Chile para sus elecciones de noviembre

(De izquierda a derecha) el candidato presidencial chileno Gabriel Boric, del partido Apruebo Dignidad, el candidato presidencial chileno Sebastián Sichel, del partido Chile Podemos, el candidato presidencial chileno José Antonio Kast, del Partido Republicano, y la candidata presidencial chilena Yasna Provoste, del partido Unidad Constituyente, hablando con la prensa luego de un debate radial en Santiago, el 15 de octubre de 2021. Chile celebra elecciones presidenciales el 21 de noviembre de 2021. Foto: Claudio Reyes / AFP

También tienen opciones de ir a la segunda vuelta el 19 de diciembre cartas más moderadas, como la democristiana Yasna Povoste y el oficialista Sebastián Sichel.

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“Quiero que mi país recupere la paz que había hace dos años. Todos los países necesitan cambios, pero hay que hacerlos de manera pacífica”, dijo a Efe Mauricio Lagos, para quien el llamado estallido social fue “demasiado violento”.

Chile llega a las elecciones en proceso de recuperación económica y en espera de una nueva Constitución

José Vargas, un trabajador del aeropuerto capitalino, piensa parecido: “Voy a votar porque quiero un cambio, pero con seguridad, quiero poder salir a la calle tranquilo. El país está patas arriba”, agregó a Efe antes de subirse a un bus en el capitalino barrio de Ñuñoa.

GETTY IMAGES En Chile el transporte, el gas licuado y la gasolina han registrado fuertes aumentos de precios.

Otra opinión tiene la auxiliar paramédico María Eugenia Martínez, quien defiende todas las marchas —incluidas las que terminan con enfrentamientos con los agentes, saqueos y barricadas— porque este régimen está demasiado desgastado y desfasado”, indicó a Efe.

“La calle cambió y ahora debe hacerlo la clase política. Tenemos que construir un nuevo Chile”, añadió a Efe una universitaria que pidió identificarse como Antonia.

¿Una herida abierta?

AME145. SANTIAGO (CHILE), 15/10/2021.- Una mujer mapuche golpea un cultrún durante una nueva jornada de protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera, en la céntrica Plaza Italia, rebautizada popularmente como Plaza de la Dignidad, hoy en Santiago (Chile). (EFE/Alberto Valdés) Foto: EFE

Otrora uno de los países más estables y con mayor prosperidad económica de la región, Chile vivió a finales de 2019 la ola de protestas más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990), con una treintena de muertos, miles de heridos y señalamientos a las fuerzas de seguridad por presuntos abusos, y desde entonces trata de encauzar su camino.

Las heridas de las marchas —masivas y pacíficas al inicio, aunque con episodios de grave violencia, y minoritarias y violentas hasta el día de hoy— siguen abiertas, pese a que ese clamor popular se canalizó en un proceso constituyente que culminará con la votación de la nueva Carta Magna en 2022.

Boric es el aspirante a La Moneda que más canaliza los cambios demandados en las protestas y Kast, por su parte, el que ha capitalizado el rechazo a la violencia, ofreciendo mano dura contra el desorden.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera (c), acompañado por sus ministros Rodrigo Delgado (i), en una fotografía de archivo. EFE/ Alberto Valdés Foto: EFE

“No quiero que Chile se convierta ni en Venezuela ni en Nicaragua”, aseguró a Efe la limpiadora Ana Palacios, sintetizando un creciente sentimiento anticomunista que la ultraderecha ha instalado en el debate, dado que la candidatura de Boric cuenta con el apoyo del Partido Comunista.

“No voy a votar porque no me gusta ninguno de los candidatos ni las ideas que expone”, indicó por su parte Vicente Aforno, de 18 años.

El joven forma parte de la mitad del padrón electoral (15 millones de chilenos) que se abstendrán de votar el domingo, cuando también se renovará el Parlamento.

“Record de participación”

Elisa Loncón, constituyente mapuche, participó de la sesión inaugural de la Convención Constitucional, en el antiguo Congreso Nacional, en Santiago (Chile). EFE/Elvis González Foto: EFE

Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, solo el plebiscito de 2020 para cambiar la Constitución ha superado el 50 % de la participación (50,9 %), una marca que podría batirse en estos comicios, de acuerdo con los expertos.

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“Es importante hacer valer nuestra opinión y hay que combatir la baja participación. Necesitamos cambios”, señaló a Efe el universitario Diego Arratia.

Para Kenneth Bunker, director de la encuestadora Tresquintos, una mayor afluencia a las urnas podría beneficiar a Boric, porque eso significa que los jóvenes que normalmente se quedan en casa se han animado a participar y el diputado izquierdista es la opción favorita en ese grupo etario.

Una persona se manifiesta en la Plaza Italia, rebautizada popularmente como Plaza Dignidad, con motivo del segundo aniversario de la ola de protestas que sacudieron al país a finales de octubre de 2019, hoy, en Santiago (Chile). Foto: EFE/Alberto Valdés

Pero una participación masiva, subrayó a Efe, podría impulsar también a Provoste y Sichel: “La gran mayoría de las personas en Chile se considera de centro, moderados, a favor de cambios graduales”.

“En los últimos 30 años, tuvimos 7 elecciones presidenciales aburridas, pero Chile dejó de ser un país predecible y ahora estamos sumidos en la máxima incertidumbre”, concluyó a Efe Raúl Elgueta, de la Universidad de Santiago. (I)