Este domingo, Guatemala elegirá a un nuevo presidente. Tras las elecciones de junio pasado, los candidatos Bernardo Arévalo de León, del Movimiento Semilla, y Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), pasaron a la segunda vuelta.

De acuerdo con sondeos, Arévalo tiene el 61% de la intención de voto mientras que Torres acumula el 39%, según la encuesta realizada por la firma CID Gallup para la organización privada, Fundación Libertad y Desarrollo.

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La muestra se realizó entre el 4 y 13 de agosto, para la cual se entrevistó a 1.819 ciudadanos de los 22 departamentos (provincias) del país y cuenta con un 2,3 % de margen de error, según la misma fuente.

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Este proceso finalmente se realizará tras una alta tensión con los candidatos ya que el Ministerio Público buscó anular el partido Semilla por un supuesto caso de firmas falsas durante su inscripción en 2018.

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La situación, sin antecedentes en la era democrática, se detonó con el sorpresivo segundo lugar de Arévalo de León y su partido político, Movimiento Semilla, en la primera vuelta de los comicios, celebrada el pasado 25 de junio, cuando las encuestas lo situaban en el octavo puesto.

Arévalo, uno de los fundadores del movimiento, es un sociólogo y exdiplomático de 64 años. Es hijo del primer presidente popularmente electo de Guatemala en 1944 y se ha desempeñado como cónsul en Israel, viceministro de Relaciones Exteriores en su país y embajador en España, detalló la BBC.

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Es la primera vez que disputa una elección presidencial y ocupó la candidatura tras el rechazo del exfiscal general Thelma Aldana.

Por su parte, Torres participa en su tercer balotaje tras perder en 2015 y 2019 por un amplio margen. Estuvo casada con el fallecido expresidente Álvaro Colom.

La dirigente política, de 67 años, está protagonizando en esta ocasión una campaña con la promesa de programas sociales para los pobres y un rechazo frontal a la diversidad sexual, el aborto y otras políticas consideradas progresistas.

La candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza está acompañada para la vicepresidencia por el pastor evangélico Romeo Guerra, quien logró postularse pese a que la Constitución guatemalteca prohíbe a los líderes religiosos optar por cargos de elección popular. (I)