Las dos pólizas de acumulación (depósitos a plazo) que desde 1997 tiene Leopoldo, un jubilado de 70 años de edad, en el sistema financiero, han crecido como bolas de nieve durante el último cuarto de siglo. Incluso, el dinero colocado en una de ellas sobrevivió a la debacle bancaria de 1999 y a la dolarización del 2000. Fueron seis mil dólares que finalmente recuperó tras la quiebra del Banco del Progreso, donde los tenía.