A los usuarios de la Aerovía les resulta incómodo el horario de cierre y la falta de buses alimentadores que complementen el servicio. A los peatones que caminan por el centro de Guayaquil les preocupa la inseguridad por delincuencia y la infraestructura deficiente. Los habitantes de comunas del golfo de Guayaquil son acechados por piratas y viajan en embarcaciones precarias. Los ciclistas no pueden transitar tranquilamente por las pocas ciclovías que tienen disponibles.