Por Andrés Sarzosa, coordinador Ambiente y Desarrollo CERES
Ultimamente estamos siendo testigos de la adopción de compromisos cada vez más fuertes alienados a la descarbonización de sistemas económicos, pérdida de biodiversidad y control de la contaminación. En la COP28 (Conferencia de las partes de Cambio Climático) se hicieron compromisos sólidos para acelerar la ambición climática y reducir las emisiones en varios sectores identificados como fundamentales. Se destacan compromisos como la agricultura y ganadería sostenible, energía renovable, el abandono a los combustibles fósiles, captura de metano, duplicar la tasa de eficiencia energética, generación de fondos dedicados, entre otros.
Para limitar el calentamiento global bajo el 1,5 grados, se requiere reducir al menos el 43% de emisiones hasta el 2030. Este objetivo global nos impone un desaf ío a toda la población mundial. En el Ecuador el sector empresarial puede contribuir con esta meta desde sus planes de mitigación y acciones que involucren a toda su cadena de valor, además de la implementación y apoyo a soluciones basadas en naturaleza, conservación de áreas naturales, forestación, etc. Lo cual impactará positivamente en la reducción de emisiones debido a la deforestación y/o ampliación de la frontera agrícola.
Identificación de riesgos
Las organizaciones empresariales deben conocer que, es importante el trabajo en acciones de mitigación del cambio climático para reducir emisiones. Sin embargo, es fundamental el hecho de trabajar en adaptación y resiliencia frente a condiciones que ya estamos enfrentando debido a cambios repentinos en el clima local. Identificar estos riesgos e implementar soluciones conjuntas de adaptación traerá sostenibilidad a las cadenas productivas que puedan estar afectadas en los próximos años.
El Pacto verde europeo busca transformar este continente en una economía sostenible y neutral en carbono para el año 2050. Para ello se ha aprobado la política que establece metas intermedias de cumplimiento para conseguir el involucramiento de todos los sectores, en especial el del consumo y energía. Para conseguir la reducción de emisiones en un 55% para el 2030, se ha establecido el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC), con esto se busca fomentar una producción industrial más limpia en los países no pertenecientes a la Unión Europea y los cuales tienen relaciones comerciales con este continente. Para ello la industria local tiene el gran desaf ío de iniciar el trabajo frente a estos nuevos requerimientos del mercado internacional.
Aval de sostenibilidad
Las empresas deberán trabajar en la identificación de los puntos clave de su cadena de valor, tanto en el ámbito ambiental como en el social. Esto facilitará la ejecución de acciones para la reducción de emisiones, incrementar la eficiencia y competitividad, así también ser socialmente responsable. Luego de que se hayan identificado las áreas clave de gestión e implementado iniciativas de impacto, las empresas podrán optar por certificaciones que avalen su trabajo en sostenibilidad. El acceso a eco etiquetado mediante organizaciones avaladas facilitará el cumplimiento de los requerimientos exigidos por las políticas del Pacto Verde.
En línea a la transparencia de información al consumidor, necesaria para que se tomen decisiones informadas, El Parlamento Europeo ha aprobado la política de eco etiquetado de los productos y con esto evitar el uso de indicaciones medioambientales no avaladas. Esta legislación busca proteger a los consumidores de estrategias de marketing engañosas y promover decisiones de compra más informadas. La medida también incluye la prohibición de prácticas como el ‘greenwashing’ y la obsolescencia prematura de los productos. Este enfoque está alineado con las políticas del Pacto Verde Europeo y las regulaciones para el año 2030, que buscan impulsar la sostenibilidad y la transparencia en el mercado europeo. Debemos tener claro que las etiquetas aceptadas tendrán en consideración justamente el pensamiento de ciclo de vida de los productos y la identificación de sus puntos clave de acción.
Tenemos la oportunidad de preparar nuestro sistema empresarial para que al momento que entre en vigor políticas de mercados más exigentes, las organizaciones puedan estar preparadas para dicho cumplimiento. La política internacional de exigencia persigue la misión de generar el cambio en la política de producción en otras partes del planeta, lo cual nos alerta que esta serán un común denominador en los mercados locales e internacionales.