Los síntomas del cáncer de mama son generalmente imperceptibles en las fases iniciales, a más de la protuberancia en la mama o axila, también difícil de detectar. De ahí la importancia de someterse a una mamografía máximo cada dos o tres años si se tiene entre 40 y 50 años de edad. Y cada uno o dos años con una edad superior a los 50, según indican las guías actualizadas.