La suspensión de la jornada laboral por la crisis energética decretada por el presidente de la República, Daniel Noboa, se aplica tanto para el sector privado como para el público. Sin embargo, hay trabajadores remotos, informales y emprendedores que no caben exactamente dentro de la sombra de esas clasificaciones, o que no pueden dejar de producir o laborar por un día, peor por dos.