La guayaquileña Sarai Llanos, de 19 años, que llegó hace menos de un año a Estados Unidos, trabajaba inicialmente en la ciudad de Chicago, hasta que una amiga le sugirió un trabajo en Atlanta, en el estado de Georgia, donde supuestamente iba a ganar mucho más dinero por las propinas que iba a recibir como mesera, pero al llegar le confirmaron que el trabajo era de trabajadora sexual.