A Marjorie Plúa le preocupa que la pandemia se lleve a más personas de su comunidad. Ella dirige una pequeña agencia de turismo en Mindo, al noroccidente de Quito, y casi todos los días viaja aproximadamente 30 minutos hasta San Miguel de los Bancos para ayudar voluntariamente en la vacunación contra el COVID-19. “Es el cariño a la comunidad, para que todos estemos vacunados, para que no tengamos muertes”, expresa.