Este miércoles, 24 de diciembre, se desarrolló en Cuenca el tradicional Pase del Niño Viajero.

Fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación en 2008 y tiene su origen en 1961, aunque la imagen, figura central de esta manifestación, data de 1823.

Hubo custodia policial a la imagen del Niño Viajero que recorrió varias calles de Cuenca. Foto: API

La imagen recorrió la calle Bolívar hasta llegar al parque Calderón, un trayecto de aproximadamente dieciséis cuadras, pero que suele durar varias horas debido a la multitud que se concentra por calles y avenidas y que lo acompaña.

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El Pase del Niño Viajero es la manifestación religiosa y cultural más importante de Cuenca. Es celebrada anualmente cada 24 de diciembre.

El alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, señaló que con amor y fe se efectuó este evento religioso. Agradeció, además, por las bendiciones y pidió que se iluminara a todos los cuencanos para que sigan adelante con amor y esperanza.

El evento se inició con una misa en la Catedral Metropolitana de Cuenca, donde se mencionó que esta ciudad se llena de alegría, de colores, de cantos, de fe y el Niño recorre las calles como signo vivo de una tradición que no es solo cultural, sino profundamente religiosa. Se destacó que desde diferentes partes del mundo están pendientes de la procesión.

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Además, que Dios no espera que los devotos vayan hacia Él, sino que es Él quien llega a ellos.

En la eucaristía participó monseñor David de la Torre. Asistieron las principales autoridades locales.

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En la ceremonia también se entonaron varios villancicos a propósito de la Nochebuena y Navidad. Después, la imagen recorrió varias calles.

Hubo desfiles, danzas, coreografías, carros alegóricos que fueron acompañados por bandas de pueblo que interpretaron canciones navideñas o melodías populares.

Hubo varias representaciones de la familia de Jesús. Foto: API

En las calles se colocaron vallas metálicas para que no haya interrupciones a quienes desfilaban y para que el público pueda visualizar las manifestaciones culturales y religiosas.

Zamora sostuvo que es una tradición que llena de esperanza y amor las calles de Cuenca. “Qué lindo ver cómo nuestras costumbres se mantienen vivas, gracias a la devoción y al cariño de su gente”, escribió en sus redes sociales.

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Agradeció a los cientos de ciudadanos que se concentraron por cada saludo, cada sonrisa y el afecto sincero que se sintió durante todo el recorrido desde la iglesia de San Sebastián hacia la iglesia del Carmen de la Asunción. (I)