A la sala de Emergencias del Hospital Alberto Correa Cornejo, de Yaruquí, una parroquia del nororiente de Quito, llegó una paciente con un cuadro no muy común. Una niña de 11 años llegó con fuertes dolores abdominales y al ser revisada por los doctores identificaron que estaba en un proceso de aborto.

La niña llegó acompañada de su madre, quien desconocía que su hija estaba embarazada. La menor de edad tenía 28 semanas de embarazo, sin embargo, hubo que extraer el feto de su cuerpo.

Luego del desesperante momento que vivió la niña dijo a los médicos que había sido violada presuntamente por el dueño de la casa que arriendan con su madre.

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Al lugar llegó primero personal de Criminalística para encargarse del levantamiento del feto, también para tomar declaraciones de la víctima.

No se ha informado si el presunto responsable de la violación ha sido aprehendido para las investigaciones correspondientes. De manera preliminar se conoció que el padre de la menor acudió junto a los agentes de Policía a la Fiscalía para ingresar la denuncia y tomar contacto con personal especializado en delitos sexuales.

El artículo 171 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece: “Es violación el acceso carnal, con introducción total o parcial del miembro viril, por vía oral, anal o vaginal; o la introducción, por vía vaginal o anal, de objetos, dedos u órganos distintos al miembro viril, a una persona de cualquier sexo. Quien la comete, será sancionado con pena privativa de libertad de diecinueve a veintidós años”.

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La investigación se ha iniciado, según información preliminar. Los médicos estabilizaron y medicaron a la menor de edad para que se reponga luego del cuadro que atravesó. (I)