El COVID-19 le quitó una semana de trabajo a Byron Gordón y no quería perder más. Por esa razón, fue al centro de salud de Calderón, en el norte de Quito, la tarde de ayer con la esperanza de hacerse una prueba que le saliera negativa y así poder reingresar a su puesto en un banco. Llegó a las 15:02, pero el guardia le dijo que ya era demasiado tarde. Se atrasó dos minutos. Aunque insitió, le dijeron que la toma de muestras se había acabado en la mañana y que, además, la doctora encargada estaba con otro paciente.