Desde el 2007 la empresa Nirsa, a través de su marca insigne Real, introdujo en el mercado el encebollado en lata. Y lo hizo, en principio, con una receta propia, pero en el afán de que el producto se parezca (en aspecto y sabor) lo más fielmente a un platillo preparado en una picantería la firma estableció un convenio con La Casa del Encebollado, un local de Guayaquil.