PASTO

Los deslaves provocados por el crudo invierno y las protestas de organizaciones sociales y sindicales continúan obstruyendo el paso de vehículos por la vía Panamericana, en el trayecto Popayán-Pasto, que conecta con el puente internacional de Rumichaca y la provincia de Carchi, en el norte de Ecuador.

Luego de dos semanas de obstrucción, el Instituto Nacional de Vías de Colombia (Invías) dispuso un paso controlado en este corredor internacional desde el pasado viernes 28 de marzo; sin embargo, la carretera fue tomada y cerrada totalmente por manifestantes a la altura de Piendamó.

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La recurrencia de los derrumbes y las continuas protestas tienen seriamente preocupados a los exportadores, importadores y camioneros de Ecuador y Colombia.

John Díaz, director subrogante de Invías, informó que en las últimas horas se presentaron más de 20 deslizamientos menores en la vía Pasto-Mojarras-Popayán.

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Maquinaria pesada se encuentra en los tramos afectados aprovechando las favorables condiciones climáticas; no obstante, los técnicos advierten que la inestabilidad de los taludes producen la caída constante de material pétreo que tapona la calzada.

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El funcionario señaló que se tuvo que cerrar nuevamente la vía Panamericana. A pesar del alto riesgo, personal ha trabajado incesantemente en el intento de limpiar la carretera y habilitar la circulación.

Una vía alterna fue autorizada para efectuar el paso de vehículos a través de horarios, pero la gran congestión y desesperación de los conductores generan caos y vuelven insostenibles los controles.

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En tanto, en comunidades indígenas del Cauca desde este lunes, 31 de marzo, se mantiene cerrada la vía Panamericana, a la altura de Piendamó, entre el Cauca y el valle. Aquello dificulta más la circulación vial y deja aislado totalmente al fronterizo departamento de Nariño, frente a Ecuador.

Iván Flores, director de la Cámara de Comercio de Ipiales, manifestó que en 2025 ya van 50 bloqueos en la Panamericana, que se comunica con la frontera ecuatoriana, ocasionados por los deslizamientos y los desastres naturales, así como por indígenas y manifestantes.

“Es la única arteria que nos comunica con el resto del país”, señaló Flores, quien agregó que el comercio internacional se está efectuando por el puerto de Tumaco, en el Pacífico, frente a Esmeraldas; y por el puente sobre el río San Miguel, en Putumayo, frente a Sucumbíos, rutas que desalientan al comercio binacional y al transporte internacional que utiliza Rumichaca.

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Entre los efectos desfavorables, citó que no están llegando los insumos y materias primas, que incluso van hacia el Ecuador, y que está represada la producción de papa y leche, que son los principales rubros agropecuarios de ese sector.

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Además, comentó que los fletes se están encareciendo por los riesgos que corren los transportadores, lo que afecta a productores y consumidores. Otro de los sectores golpeados es el turismo por la limitación de horarios, los cuales desde el fin de semana recién se restablecieron.

Durante la crisis vial que alcanza la tercera semana, una de las opciones es el transporte aéreo, que, según Flores, en un 30 % está siendo ocupado por viajeros y empresarios ecuatorianos que se trasladan hacia Bogotá, Cali o Medellín.

Marcos Méndez, presidente de la Asociación de Transporte Pesado del Carchi, indicó que confiaban en que el pasado jueves se iba a normalizar el tránsito vehicular binacional, pero las nuevas movilizaciones y derrumbes no garantizan la movilidad entre los dos países.

Confirmó que las unidades de transporte de carga se están movilizando por el puente del río San Miguel y por vía marítima.

Especificó que las importaciones no están ingresando desde el interior de Colombia hasta Ipiales en remolques de 28 y 30 toneladas, sino en camiones pequeños.

Méndez coincidió con sus homólogos colombianos en que podría normalizarse el comercio y transporte internacional de carga en unos quince días, en caso de volver todo a la normalidad y que esté habilitada la Panamericana en el vecino país. (I)