TULCÁN

A pesar de que no hay un registro exacto sobre la fecha de inicio del Baile de Inocentes, la tradición, que estuvo a punto de desaparecer en Tulcán, cuentan que se constituyó en una de las fiestas más alegres del siglo pasado, especialmente en las décadas del setenta a noventa.

Publicidad

Personas de toda edad y condición social se disfrazaban el 28 de diciembre y desde tempranas horas salían en grupos a recorrer las calles de la ciudad con el propósito de divertir, exclamando coplas y sátiras, emulando sarcásticamente los hechos sobresalientes y también negativos de cada año, cuenta Haicel Mosquera, una caleña radicada desde hace más de 50 años en Tulcán.

Las agrupaciones salían desde varios puntos de la urbe para concentrarse en el parque Central, donde el jolgorio y la amistad se robaban la atención de quienes visitaban por primera vez esta población fronteriza. “No podían faltar el payaso, el policía, la gitana, el oso”, comenta Mosquera.

Publicidad

Bromas y la entrega de empanadas, que en vez de relleno tenían tinta o algodón en su interior, eran convidadas a distraídos transeúntes, entre otras inocentadas, ponían la nota de contento y risas en esta fecha.

Cinco días libres en Ecuador por fin de año: jueves 2 de enero y viernes 3 se suman a feriados no recuperables

Esta movilización cultural movía la economía local y promocionaba parte de la gastronomía carchense, puestos de venta de tamales, quimbolitos, empanadas, fritada, humitas, buñuelos, pristiños con miel, entre otros manjares, se expendían y eran infaltables en los hogares, indica Marcelo Hernández, reconocido comunicador tulcaneño.

En las noches, las kermes bailables y los bingos complementaban estas jornadas decembrinas que eran esperadas por la ciudadanía. Las emisoras y semanarios locales difundían y publicaban noticias falsas con un aparente rigor, a tal punto que en más de una ocasión escandalizaron y convencieron a las audiencias y lectores, recuerda José Luis Erazo, operador de la desaparecida y recordada radio Rumichaca.

Las bandas, murgas y grupos musicales son parte del Baile de Inocentes, que recorre la calle Bolívar, principal artería de Tulcán. Foto: Ricardo Cabezas

En el 2000 comenzó a desaparecer esta costumbre, siendo el Centro Cultural Comuneros en el 2006, un grupo de jóvenes profesionales y gestores culturales, quienes retoman esta práctica cultural, bajo el liderazgo del sociólogo Jorge Cabezas Mafla, Guillermo Erazo, Patricio Rivadeneira, entre otros.

La fiesta se reedita

Guillermo Erazo, actual directivo del Centro Cultural Comuneros, señala que el pregón de la Fiesta de Inocentes tiene una vigencia de 18 años desde su primera presentación organizada por este colectivo cultural.

Lista de tradiciones para celebrar este fin de año 2024

El objetivo principal fue y es la recuperación de esta tradición decembrina que se fue perdiendo con los años. Mantener este acervo cultural no ha sido fácil, este colectivo ha debido sortear dificultades, debido a que autoridades municipales han querido apropiarse de esta movilización de cultura.

En esta ocasión debió realizarse el 28 de diciembre, pero desde la Municipalidad no se brindaron los permisos correspondientes para ese día porque organizan algo parecido, por lo que fue anticipada la fecha.

Ahora tras esta experiencia, el Centro Cultural Comuneros espera en el 2025 autenticar en el Instituto de Patrimonio Cultural este concurso, que es parte de la historia y vivencia de Tulcán. Cuentan con la documentación y sustento para hacer realidad esta aspiración para que cada 28 de diciembre continúe realizándose este pregón decembrino.

La característica de la Fiesta de Inocentes, capítulo Tulcán, es de carácter costumbrista, ya que en esos tiempos después del 25 de diciembre aparecían los payasos que portaban unos chorizos elaborados de tela, rellenos con retazos y recortes de tela o medias, que les sobraban a los sastres y modistas.

Fiesta por los Santos Inocentes en Tulcán

Una vez confeccionados quedaban duros y macizos, el propósito en las calles pegar a los transeúntes de cualquier género, portando además los denominados “alentadores” o correas que se los utilizaban con el mismo fin.

“Cabe mencionar que los payasos salían en jorgas, de entre las picardías que cometían constaba el “robo” de buñuelos, empanadas y tamales, que eran preparados en pailas de bronce, en los distintos restaurantes por donde se realizaban los recorridos”, recuerda Guillermo.

El Centro Cultural Comuneros aspira que el Instituto Nacional de Patrimonio reconozca a esta fiesta y la haga constar en la agenda cultural festiva ecuatoriana. Foto: Ricardo Cabezas

Iván Champutiz, quien vivió por muchos años en el extranjero y retornó para quedarse en la capital carchense, recuerda que en el parque principal de Tulcán funcionaban durante el mes de diciembre ruletas, bingos, quinas, chulos, futbolines, entre otros juegos de azar que receptaban apuestas.

“Muchas veces, los payasos entraban en acción cuando se producían grescas, en las que galladas que no estaban disfrazadas o no compartían con esta costumbre provocaban a los payasos. En ese momento volaban caretas por todo lado, unas veces vencían las jorgas de payasos, en otras las galladas de jóvenes sin disfraces”, agrega Erazo, exdirector de Cultura en Carchi. .

Era interesante participar de las retretas o paseos populares alrededor del parque Central, que eran animados por la banda de la Policía Nacional. “Terminados los conciertos que ofrecían, la gente se concentraba en los patios del antiguo Colegio Bolívar, enmascarados o luciendo prendas que representaban a la gitana, el cura, el chapa, el diablo ocioso, los políticos de turno, el oso, el cazador, las bandas de pueblo, que eran los personajes que engalanaban esta fiesta”.

Todas estas estampas de la temporada de diciembre terminaban el 6 de enero con un corso cuyo recorrido se lo hacía por las diferentes calles de la ciudad, lanzando flores y serpentinas desde los balcones.

Toda la agenda cultural finalizaba en los patios del Colegio Bolívar, ubicado frente a la plaza central o en las casas de los diferentes barrios de la ciudad. Los payasos daban lecciones a los presentes, como aquella: “Payaso que no valís, a tu mamá te parecís, con un grano en la nariz, que te puso la Beatriz”, dice Patricio Rivadeneira.

Esta nueva edición se realizará este viernes 27 de diciembre, desde las 14:00, partirá desde la Unión de las Dos Calles, recorrerá la calle Bolívar y llegará al parque Isidro Ayora. A las 18:00 está prevista una rodada en bicicleta, en homenaje al deporte bandera de Carchi.

Los participantes deberán cumplir el recorrido disfrazados, montando “bicis” iluminadas con luces de colores y todo tipo de adornos, el arribo está previsto en el parque Ayora, la programación se cerrará con un baile popular amenizado por Guateque. Existe una premiación que supera los $ 8.000, distribuidos en las diferentes categorías (grupos, parejas e individual).

La Prefectura del Carchi, la Cooperativa San Gabriel, Carchi Noticias CN7 y la Asociación de Ciclismo, auspician este evento que entregará premios por más de siete mil dólares, en diversas categorías en los dos eventos. Julio Robles, prefecto de Carchi, ha manifestado que existe una gran disposición por recuperar estas tradiciones y promover la cultura local. (I)