Edison Montachana es un ecuatoriano estudiante de Negocios Internacionales en la ciudad ucraniana de Jarkov. Él ha intentado salir de dicho país tras las refriegas por la invasión rusa que comenzó el pasado jueves. Su intento de salida ha sido relatado por él en sus redes sociales.
Este sábado, su más reciente reporte, cuando eran las 22:30 de Kiev (15:30 de Ecuador), fue desde un tren donde les exigieron mantener medidas de seguridad mientras intentaban pasar por Kiev en ruta hacia el sur.
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“Esperamos que estos sean protocolos de seguridad al ingresar un tren a Kiev con mas de 250 pasajeros, la gran mayoría extranjeros”, relata de la inesperada travesía. Hace solo una semana la situación para los cientos de ecuatorianos residentes en Ucrania, como para los millones de ucranianos, se volvió tensa y peligrosa ante los anuncios de ataques militares rusos por tierra y cielo.
“Sabemos que ninguna ciudad garantiza seguridad, pero ahora corremos riesgos a 7 horas de la frontera con Europa, y no a 15 kilómetros con Rusia”, escribe quien hace un par de días ya alertaba del problema para conseguir pasajes para salir de la capital que está siendo asediada por las fuerzas rusas.
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“Llegamos al borde de la capital, Kiev, (...) Se apagaron las luces de los vagones, se nos pidió que permanezcamos en silencio sin encender linternas y los dispositivos móviles con el mínimo de brillo”.
“Van siendo 30 minutos de intensidad. Al mediodía (5am hora de Ecuador) logramos abordar el tren en medio de empujones, ahora estamos viajando a Kiev, decidimos tomar un riesgo calculado en busca de estar lejos de la frontera con Rusia. En este momento de la publicación estamos a 40 minutos de llegar a Kiev”.
Edison Montachana espera encontrar la manera de salir de Ucrania mientras el gobierno ecuatoriano ya ha informado que unos 350 ecuatorianos podrían volver al país en el primer vuelo humanitario desde Polonia.
Su prioridad es llegar a Lviv, o conseguir transporte directo a la frontera con Polonia.
Al menos unos 700 ecuatorianos están soportando el terror de un conflicto que mantiene en vilo a sus familias en Ecuador. (I)